La Ilíada, una de las obras literarias más antiguas y celebradas de la historia, fue escrita por el mítico poeta griego Homero. Este poema épico, compuesto alrededor del siglo VIII a.C., se sumerge en los últimos días de la guerra de Troya, un conflicto que, según la mitología griega, duró diez años. Aunque abarca un período corto dentro de esta guerra, la obra ofrece una visión profunda y conmovedora de la naturaleza humana, el honor, la ira y la fatalidad.
La historia comienza con una disputa entre el rey Agamenón y el guerrero más grande de la Hélade, Aquiles. La causa del conflicto es Briseida, una esclava que Agamenón toma de Aquiles como compensación después de haber sido forzado a devolver a su propia esclava, Criseida, al sacerdote Crises para evitar una plaga enviada por el dios Apolo. La decisión de Agamenón de tomar a Briseida enfurece a Aquiles, quien decide retirarse de la batalla, provocando graves consecuencias para los aqueos en el campo de batalla.
Con Aquiles fuera de combate, los troyanos, liderados por el príncipe Héctor, ganan terreno y ponen en peligro a los aqueos. A medida que la guerra se inclina a favor de los troyanos, Patroclo, amigo cercano y compañero de Aquiles, decide entrar en la batalla disfrazado con la armadura de Aquiles, esperando inspirar a los aqueos. Sin embargo, su valentía lo lleva a un enfrentamiento fatal con Héctor.
La muerte de Patroclo desencadena una ira devastadora en Aquiles, quien, consumido por la sed de venganza, regresa al combate. Su enfrentamiento con Héctor es uno de los momentos más icónicos de la obra. Aunque la muerte de Héctor es inevitable, Homero retrata a ambos guerreros con una profundidad emocional que nos recuerda la fragilidad y complejidad de la condición humana.
Y luego de esta batalla final contra Héctor; Aquiles en lugar de devolver el cuerpo a los troyanos, lo arrastra alrededor de las murallas de Troya con su carro, en un acto de desprecio y venganza.
Sin embargo, el rey Príamo, padre de Héctor, guiado por Hermes, visita secretamente la tienda de Aquiles para rogarle que le devuelva el cuerpo de su hijo. Conmovido por la súplica de Príamo y recordando a su propio padre, Aquiles accede y permite que los troyanos realicen un funeral adecuado para Héctor.
El poema concluye con el funeral de Héctor, y aunque la guerra de Troya continúa, “La Ilíada” no cubre la caída de Troya, que es narrada en otras obras y leyendas.
La Ilíada no solo es una epopeya de guerra. Es un reflejo de las pasiones, conflictos y valores de la sociedad griega. A través de sus versos, Homero explora temas universales como el honor, el destino, la ira y la mortalidad. Aunque está ambientada en un contexto mitológico, su resonancia y relevancia perduran hasta hoy, haciendo de La Ilíada una obra maestra atemporal.
Fuente: historiayenigmasdelmundo.com