Eliandra Soriano
Santo Domingo
Durante las prácticas docentes y mi integración en las aulas, he encontrado muchas situaciones que me gustaría llamar oportunidades de mejora. He visto la falta de motivación de los alumnos en cuanto a asignaturas específicas, como los contenidos de literatura, y falta de interés por la lectura. Además, se ha dado el caso de que he visitado centros educativos que no tienen suficientes recursos ni están bien equipados para impartir docencia de la mejor manera. Dicha situación dificulta muchísimo la formación académica de los estudiantes. Sin embargo, hay una situación que para mí es más preocupante aún y que puede ser una de las raíces de todos los males que podrías encontrar en nuestra educación dominicana. Me refiero a la formación docente y los intereses que mueven al docente a elegir esta carrera.
A lo largo de los años, el sistema educativo de nuestro país ha necesitado una mejora. Con el paso del tiempo, esta necesidad ha sido muy notoria y marcada en los resultados obtenidos en la educación. Después de haber leído la entrevista que fue realizada a Rafael Santos, además, encontré un artículo en un periódico nacional, el cual me pareció muy pertinente para poder desarrollar una mejora que marque diferencia en la educación dominicana. En este artículo se sugería, por parte del ministro, darle una mejor capacitación a los docentes para que, en consecuencia, los chicos tengan una mejor formación académica.
Ciertamente, estamos faltos como país de una formación docente que pueda ser más eficaz a la hora de educar y enseñar. En nuestras aulas hace falta una variación en las estrategias que se están utilizando para enseñar. Según (Schmeck, 1988; Schunk, 1991) citados en (González Cabanach & González), definen lo que son estas estrategias como aquellas secuencias de procedimientos que se encuentran orientadas hacia la ejecución de metas de aprendizaje; por lo tanto, aquellos procedimientos específicos que se encuentran dentro de esa secuencia se denominan tácticas de aprendizaje. Me gustaría destacar que no es que todas las estrategias tradicionales están obsoletas y que no deban implementarse. Más bien, considero que es necesario agregarle nuevas metodologías innovadoras a lo que es tradicional. Si mejoráramos como país la capacitación de los docentes que ya están en las aulas, fomentando el desarrollo de las estrategias para que las mismas sean más eficientes, los resultados se van a notar. Dar mayor capacitación con estrategias innovadoras que motiven a los alumnos a mostrar interés genuino por estudiar y aprender; vamos a ver los cambios. Bono y Huertas (2006) mantienen lo siguiente: decir que en los alumnos hay falta de motivación sería un poco exagerado. Más bien se podría pensar que los estudiantes no es que no están motivados, sino que lo están por cosas distintas que lo que les proponen sus profesores. Dentro de las muchas cosas que quizás podemos mejorar de nuestro sistema educativo, podemos empezar con prepararnos mejor como docentes. Impartir los aprendizajes no de manera monótona o por un interés monetario que tal vez nos ofrezca la profesión, sino, mejor aún, hacerlo pensando en que los jóvenes son el futuro de la sociedad. Por lo tanto, nuestra labor como docentes es importantísima y de igual forma tenemos una responsabilidad de capacitar jóvenes que puedan aportar positivamente a la sociedad dominicana.
Por consiguiente, el cambio empieza personalmente en cada uno de nosotros que ha tomado la decisión de elegir esta carrera. Como futura docente, debo tener el compromiso que conlleva ser docente por excelencia y estar siempre a la vanguardia. Hay que innovar, porque no todos los estudiantes son iguales ni aprenden de la misma manera, más ahora que vivimos en unos tiempos donde la sociedad cambia tanto en tan poco tiempo. Esto es un trabajo de todos, solos no podemos. Si el gobierno dominicano se enfocara en que los concursos no sean fraudulentos, como dice Santos, estarían entrando al sistema educativo docentes de calidad. Por lo tanto, es un asunto que va también a recaer en las manos de los más altos y poderosos. Debe existir en ellos sentido de responsabilidad y preocupación por el país y por la generación de jóvenes que salen de las escuelas a incorporarse en la sociedad. Ser honrados en sus labores para que se puedan cosechar buenos frutos de eso.
Reitero que es necesaria la capacitación docente para alcanzar la mejora tan buscada en la educación. La educación de calidad que queremos empieza por tener docentes de calidad. Que el gobierno disponga de los recursos necesarios para esa formación es una opción viable para lograr el objetivo. Es necesario, como dice el artículo, actualizar las formas en las que los niños aprenden, fomentar políticas que aporten con un mejor sistema educativo. Enfatizamos que el primer paso debe empezar desde lo particular a lo general. Cuando, como docentes, entendamos que debemos adaptarnos a las nuevas situaciones que se nos presenten en el aula, el resultado será marcado de manera general en los alumnos que son el futuro de la sociedad dominicana.