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La Paz de Nimega pone fin a la guerra entre Francia y España

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10 de agosto de 1678. Francia y España firman el Tratado de Nimega (Paz de Nimega), por lo cual termina la guera entre Francia y España.

La Paz de Nimega, firmada en Europa en 1678, hizo que los gobernadores de las poblaciones española y francesa se acercaran, y que se estableciera un activo comercio de caballos, carne salada y cuero de vaca entre ambos grupos de pobladores (1680).

Si bien esto no impidió enfrentamientos bélicos entre ellos (1690 y 1691, 1694), o que España reclamara la salida de los franceses de la isla, sí implicó que por primera vez se planteara la delimitación del espacio a ocupar. De manera informal y con absoluto carácter circunstancial, se proponía el establecimiento del río Rebouc o Guayubín como límite en la parte norte, mientras que por el sur se trazaría una línea imaginaria partiendo del curso de dicho río hasta la isla Beata.

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Luego de la Paz de Nimega, la parte occidental de la isla pasó a llamarse Saint Domingue. Su organización formal, no obstante, comienza a principios del siglo XVIII, cuando su territorio se dividió en los departamentos Norte, Sur y Oeste, dirigidos cada uno por un gobernador y un intendente general nombrado por el Rey de Francia. En estas tierras los franceses desarrollaron un intensivo sistema de plantaciones que permitía producir a gran escala café, cacao, algodón, índigo o añil y azúcar, y que convirtió en su momento a esta colonia francesa en la más rica del mundo. Veinte años después, el 20 de septiembre de 1697, mediante el Tratado de Ryswick, España aceptaría definitivamente la división de la isla en dos colonias: Santo Domingo Español (oriental) y Santo Domingo Francés (occidental).

El sostén de esa próspera economía era la mano de obra esclava africana, la cual era reclutada, de entre otros grupos étnicos, de congos, aradas, mondongos, nagos, ibos, caplaous y fangs. Eran sometidos a un régimen de trabajo cruel que acortaba su vida útil a un promedio de siete años. Al momento de su separación de Francia, la burguesía esclavista colonial y los pequeños propietarios blancos constituían el 6 % de la población de Saint Domingue, los mulatos libres conformaban un 7 % y los negros esclavos un 87 % (alrededor de 610,200).

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La convivencia de los esclavos en barracas colectivas permitió que de sus diferentes lenguas y del francés emergiera una especie de dialecto llamado creole.

La ocupación de la parte occidental de la isla de Santo Domingo fue un proceso lento de penetración alentado por Francia desde finales del siglo XVII a través de bucaneros y filibusteros que luchaban contra una España en decadencia que se vio obligada a reconocer jurídicamente, mediante la firma del Tratado de Ryswick, el asentamiento de Francia en la parte Oeste de Santo Domingo.

La ascensión al trono español en 1701 de Felipe V, nieto del monarca francés Luis XIV, trajo como consecuencia que, al estar ligado al trono de Francia, sirviera de forma indirecta a los intereses franceses en América.

La presencia de un monarca francés en el trono de España se tradujo en Santo Domingo en una política de tolerancia hacia los vecinos franceses que desde 1697 argumentaban que los territorios les pertenecían legalmente ya que el Tratado de Ryswick les había garantizado el status de estas posesiones.

Los franceses tras la ocupación del territorio occidental de la isla extendieron los límites a su antojo, provocando toda clase de conflictos entre las autoridades de las dos colonias en Santo Domingo, situación que se prolongó durante largo tiempo hasta culminar en la imperiosa necesidad del establecimiento de límites territoriales.

Sin embargo los monarcas franceses y españoles no aceptaron algunos puntos por considerar que no estaban diáfanos, por lo que todo quedo como estaba.

En 1773 el Capitán General de la parte española de la isla, José Solano, y el gobernador de la parte francesa, marqués de Valiere, firmaron un acuerdo provisional en el que se definían los límites entre los territorios de ambos países en la isla.

El tratado de Aranjuez fue firmado el 3 de junio de 1777 en la localidad madrileña de Aranjuez por el conde de Floridablanca, en nombre de Carlos III de España, y el marqués de Ossun, en representación de Luis XVI de Francia.

En él se relacionaron minuciosamente los límites entre los territorios de ambos países, basados en los acuerdos de 1773 y 1776, y apoyados por un mapa topográfico levantado a tal efecto.

Texto: encaribe

Foto : es solo una ilustración al artículo.

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