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Maneras de fomentar la alegría en el aula

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Un alumno alegre es una persona que está más preparada para aprender, para concentrarse, para memorizar y, en definitiva, que está más abierta a aceptar conocimientos nuevos. Además, la alegría en el aula ayuda a crear mejores relaciones entre compañeros y entre profesores y alumnos, lo que crea un ambiente de aprendizaje sano y muy positivo al que siempre se deseará volver.

Por eso el artículo de hoy se centra en proporcionar consejos para fomentar la alegría en el aula y, de esta forma, contribuir de una manera más eficaz al aprendizaje de los todos estudiantes.

Consejos para fomentar la alegría  en el aula

  • Mantén siempre una escucha activa

Cuando las personas sienten que son escuchadas, se sienten también más valoradas y más queridas. Por eso puede ser bueno dedicar unos minutos en clase a realizar solo tareas de escucha a los alumnos, buscando una dinámica que permita escuchar a todos aquellos que tengan algo que decir o alguna duda que consultar, sin tener que abandonar la clase o dejarlo para momentos como el recreo o las horas extraescolares. Recuerda que los contenidos académicos son importantes, pero que no es lo único que hay que valorar a nivel educativo, y por eso realizar unos minutos a esta labor de escucha en cada asignatura puede ser una forma de hacer ver a los alumnos que hablar y participar en clase es un asunto muy importante que no se debe dejar para después.

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  • Procura mantener una actitud positiva

Sí, los alumnos pueden percibir cuándo un profesor está cómodo dando clase y cuándo no, y por ello es muy necesario ser conscientes de qué actitud personal tenemos como adultos y evaluar el papel que se mantiene en la clase cada día.  Para averiguarlo plantéate cada mañana una serie de preguntas sencillas como, ¿soy una persona alegre? ¿Qué estado de ánimo tengo hoy? ¿Sonrío mucho o poco en el aula? ¿Se refleja mi cansancio o mi tristeza en clase? Contestar de manera seria y sincera a todas las preguntas nos dará mecanismos para hallar también las soluciones necesarias o para pedir ayuda a algún profesional si nuestro estado no es positivo y no sabemos cómo cambiarlo.

  • Cambia las dinámicas para dar las clases

La monotonía puede aburrir mucho a los niños, principalmente a aquellos que son muy nerviosos o que no disfrutan de las rutinas. Recuerda también que no todos los alumnos son iguales y no tienen las mismas personalidades, por eso algunos prefieren las lecturas, otros los dibujos, otros jugar al fútbol en clase de gimnasia, otros tocar un instrumento o escuchar música, otros conversar y jugar con sus compañeros… Esto quiere decir que conseguir que todos sean alegres a un mismo tiempo sería algo muy difícil, por no decir imposible, por eso es necesario buscar dinámicas de diferentes tipos que puedan ajustarse a todos los perfiles y variarlas diariamente.

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  • Fomenta el pensamiento crítico en el aula

El pensamiento crítico es aquel que rompe con lo establecido para buscar nuevas soluciones a los problemas de siempre. Una forma de incentivarlo en clase es haciendo preguntas a los alumnos sobre algún tema de actualidad o que pueda suscitar su interés. Pueden ser preguntas incómodas, preguntas absurdas, preguntas reflexivas… Cada pregunta que se haga necesitará de la reflexión del alumno, de un debate y de un tiempo de escucha. Esta práctica puede ayudar, además de a desarrollar el pensamiento lógico y la reflexión, también a fomentar el respeto en el aula hacia los demás y hacia sus opiniones diversas.

  • Mejora la tolerancia a los errores

Los exámenes no toleran errores, por eso la mayoría de los alumnos relacionan los errores con el fracaso, pero no son la misma cosa. Por eso es necesario que se incentive a los alumnos a aprender de los errores y a volver a levantarse; hacerles ver que ya un error es una nueva oportunidad de aprendizaje y de adquirir nuevas habilidades para la vida. Ayuda siempre a tus alumnos a relacionar los fallos con esas nuevas oportunidades de avanzar, y se abrirá un mundo nuevo para ellos, lleno de más confianza y motivación.

Como vemos la alegría  no es un estado único, sino una sensación que puede conseguirse, casi siempre efímera o momentánea, gracias a cosas que nos estimulan y nos interesan de alguna manera. Crear clases y actividades en el aula que combinen dinámicas relacionadas con todo tipo de personalidades y alumnos, dará lugar a un ambiente mucho más positivo y alegre. ¡La alegría  está en nuestras manos!

Fuente: https://blog.bosquedefantasias.com/

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