Es común que un profesor nuevo sienta nerviosismo e inseguridad antes de entrar a su primer ciclo escolar. Existe la incertidumbre sobre cómo llevar la clase, cómo tratar a los alumnos para ganar su atención y mantener el interés en la asignatura.
Sin embargo, al girar a ver a los profesores más experimentados, escuchamos que con una gran tranquilidad nos dicen, “todos hemos empezado así”.
Y es que, enfrentarse a nuestro primer grupo puede ser un gran paso, pues muchas veces la escuela no nos prepara para las situaciones que se nos irán presentando dentro del aula. Pero, podemos escuchar a quienes han ganado experiencia a través de los años pues en sus consejos se esconden muchas soluciones que nos pueden ahorrar tiempo y, sobre todo, uno que otro descalabro.
Nuestro artículo de hoy hace una recopilación de los 10 consejos que los profesores con más experiencia han compartido con quienes empiezan en este satisfactorio camino de la educación.
1. Gana el respeto y confianza de tus alumnos
En ocasiones no lograrás empatizar con tus alumnos a un contexto personal, pero esto es muy normal en las relaciones; si esto ocurre, y no llegan a quererte, gánate su respeto y su confianza. Es mejor si actúas coherentemente, asumiendo el rol de profesor. Tus alumnos valorarán el que no actúes para “molestarlos” y comenzarán a respetarte.
2. Trata a tus alumnos con respeto y dignidad
Suena a algo muy obvio, sin embargo, en ocasiones se nos puede olvidar considerar que los alumnos son personas con dudas, opiniones, sentimientos e historias de las que podemos aprender. Tratar a tus estudiantes con la importancia que tienen, dándoles su lugar y siendo honesto, hará que se involucren mucho más con tus clases.
3. La diferencia la haces tú
Es imposible conocer lo que sucede en los contextos de vida que cada uno de nuestros estudiantes. Sin embargo, hay algo seguro, como docente estás marcando una diferencia. Aun cuando en ocasiones la carga de trabajo pueda parecer abrumadora, el llegar con una sonrisa puede motivar a tus alumnos a superar lo que sea que estén pasando. Puedes ser un ejemplo y un incentivo; y ver a tus alumnos alcanzar sus metas dentro de clase, es el mejor obsequio que como docente puedes recibir. Marcar una diferencia puede ser una de las razones de más peso del porqué elegimos esta profesión.
4. Honestidad. Siempre.
La comunicación entre alumnos y docentes ya no es tan ausente como antaño. Ahora podemos dirigirnos a nuestra clase sin actuar prepotentes y, al contrario, tratar de situarnos en sus zapatos. Si hay algo que te molesta como profesor, puedes hacerlo notar y preguntar qué pasa; si te equivocas, puedes aceptar tu error y corregirlo. Lejos de perder autoridad, ganarás su respeto si sabes comunicar responsablemente lo que quieres que ellos sepan.
5. Toma un descanso
El trabajo de docente, sobre todo en América latina, puede ser muy absorbente. Es vital que, aún con el trabajo que puedas llevarte a casa, busques un momento para relajarte y hacer las cosas que a ti te gustan. Cuida tu salud mental y física. Y esto parece algo innecesario de decir, pero te sorprendería la cantidad de maestros que se han entregado por completo a su carrera, sin procurar la misma atención a sus vidas personales.
6. No reinventes la rueda
Algunos profesores, sobre todo de las últimas generaciones, hemos sentido un gran espíritu creativo al momento de diseñar nuevas estrategias y dinámicas para nuestras clases. Sin embargo, hay profesores con mucha experiencia que señalan el hecho de que existen muchas herramientas muy buenas que, si las utilizas, puedes ahorrar mucho tiempo y obtener los resultados que buscas.
7. No todo son calificaciones
Hay elementos que, sencillamente, no pueden ser evaluados a pesar de que son fundamentales para el proceso de aprendizaje del alumno. No desperdicies demasiado tiempo queriendo calificar cada aspecto de tus estudiantes. A veces un comportamiento, una actitud, una habilidad son importantes, aún si no aparecen dentro del programa curricular.
8. Respeta y valor a TODA la comunidad educativa
Cada uno de los miembros que conforman el cuerpo educativo de tu escuela, desde alumnos, maestros, directores, intendencia, secretarias, etc. Son indispensables para hacer que esta gran maquinaria opere. Es buena idea que te relaciones con todos reconociendo el valor que cada unidad aporta al conjunto. Nunca sabes cuándo y en qué podrás necesitar ayuda.
9. Desahógate si lo necesitas
Es entendible que en ocasiones las situaciones dentro de la escuela disparen un montón de emociones. En ese momento, es bueno recibir ayuda y platicarlo con quién podamos sentir confianza; es natural, después de todo, somos seres humanos. Sin embargo, esos sentimientos no pueden truncar nuestras clases, porque para nuestros estudiantes somos parte crucial de su día a día. Ante cualquier error, cualquier dificultad, siempre hay un aprendizaje y es bueno tener esto siempre presente; después de todo, también nosotros seguimos siendo estudiantes.
10. Barriga llena…
Por último, uno de los tips más simples, pero con una gran efectividad: lleva contigo un dulce. Ya sea para tus alumnos, algún compañero docente o algún padre de familia; un chocolate en el momento justo, hace maravillas. También puedes ofrecerlo como incentivo a tus alumnos para mantener el ánimo arriba y motivarlos.
Estos son algunos de los consejos que hemos recopilado por parte de profesores con años de experiencia. Algunos pueden parecer obvios, pero la enseñanza que encierran muestra que se requirió tiempo para asimilarlos.
Esperamos que algunos de estos consejos te ayuden a lidiar con esta nueva vivencia que significa ser docente. Y aunque parezca duro a veces, quienes estamos en la rama, sabemos que existe una razón muy grande detrás para llevar a cabo nuestro trabajo.
Fuente: https://eduimpulsa.com/