La lectura de cuentos elaborados por niños de entre cinco y once años a partir de un guión con imágenes, puede ayudar a detectar si sufren un trastorno específico del lenguaje, e intervenir precozmente para resolverlo.
La lectura de cuentos puede ayudar a detectar un trastorno específico del lenguaje en niños de entre cinco y once años, y permitir así una intervención temprana para reducir los problemas con la expresión y comprensión del lenguaje. Los cuentos que sirven para evaluar estos problemas en realidad no tienen texto, sino que se componen de un guión con imágenes para que los pequeños relaten una historia. Su utilidad principal reside en que el cuento es un elemento que les resulta familiar y esto favorece que los niños afronten la tarea que se les propone de forma más receptiva que si se realizase con un test.
Según los expertos, para contar la historia y que ésta tenga un significado para los que escuchan es necesario que los menores construyan frases con una cohesión entre ellas, algo que no es fácil ni siquiera para los que no presentan dificultades con el lenguaje, y que en el caso de aquellos que sí tienen problemas de lenguaje, o de los que sufren una situación de pobreza o no están familiarizados con leer cuentos, esas dificultades son todavía mayores.
Los cuentos que se usan para evaluar los problemas del lenguaje en los niños no tienen texto, sino un guión con imágenes para que los pequeños relaten una historia
Nayarit del Valle, licenciada en Pedagogía especializada en el análisis de las historias ficticias elaboradas por niños, ha explicado que el objetivo de la evaluación es identificar los fallos que cometen los niños con un trastorno específico del lenguaje, ya que los que lo padecen no estructuran correctamente su narración y cometen errores como cambiar el género del protagonista u omitir personajes o algunos de sus actos a lo largo de la historia.
En opinión del catedrático de logopedia de la Universidad de La Laguna, Víctor Acosta, emplear los cuentos como forma de estudiar a los niños es interesante porque es una actividad que suele formar parte del entorno infantil, tanto en el hogar como en la escuela.
Este experto ha señalado también que la lectura de cuentos se debe planificar, eligiendo siempre el relato con la temática y vocabulario más adecuado para la edad del niño, y ha advertido de que el 80% de los menores de cuatro años, por ejemplo, pierden el hilo de la historia si esta dura más de diez minutos, por lo que hay que empezar por leer cuentos cortos, de alrededor de cuatro minutos de duración.
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