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¿Qué pasó con el prestigio de la carrera docente?

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En estos días se gradúan de la escuela algunos sobrinos e hijos de amigos y conocidos. Todos me comparten esa gran alegría y agradezco sinceramente esa hermosa consideración. Pero no niego que me duele saber que ni uno solo de esos estudiantes, de muy buen rendimiento y trayectoria educativa, se ha mostrado interesado por estudiar educación, en ninguna de sus opciones. Para los graduandos de escuelas del sector público con los que tengo contacto, tampoco estudiar educación es una de las opciones más votadas. Y es que ser educador se ha vuelto poco valorado por la población: se ve poco prestigioso o de bajo estatus debido a la insuficiente preparación de los maestros, poco espacio de crecimiento, y mal remunerada; especialmente cuando se compara con otras profesiones.

El salario: una gran desventaja

Aunque la docencia tiene ciertas ventajas de las que carecen otras profesiones, como una mayor seguridad laboral, un promedio de horas más corto y más vacaciones, el salario sigue siendo un factor aparte en la competencia por los estudiantes de secundaria interesados en aprender a enseñar. Esta brecha salarial es particularmente pronunciada en los países de América Latina.

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No obstante, en países con niveles educativos más altos, como Corea del Sur o Singapur, los docentes suelen recibir salarios más altos que otras profesiones.

Sin embargo, en general, los ingresos de los docentes no aumentan mucho durante sus carreras. Esto dificulta que sus logros sean reconocidos de manera rentable, lo que hace menos probable que la enseñanza se convierta en una carrera más competitiva.

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El tema de la infraestructura

En algunos casos, las escuelas no cuentan con la infraestructura adecuada, no solo carecen de buenos laboratorios o equipos, sino también de una provisión insuficiente de servicios básicos. Un alto porcentaje carece de laboratorios de ciencias,  de salas para maestros, de baños en buenas condiciones y de oficinas y espacio para reuniones.

Sumado a los bajos salarios, la falta de infraestructura básica desalienta a los jóvenes para estudiar educación porque, si bien existen algunos incentivos, estos no compensan  aspectos como: la distancia, el transporte y los riesgos de trabajar a veces en lugares peligrosos o de difícil acceso.

¿Y quiénes son los que estudian educación?

Otro problema importante en la educación es el ingreso a la carrera, ya que a diferencia de países de alto rendimiento como Singapur o Corea del Sur, es una de las profesiones más fáciles de América Latina, lo que lleva a que más jóvenes no se interesen por vocación sino porque es su única opción, especialmente aquellos a quienes no les fue bien en la escuela secundaria.

Aunque en las universidades dominicanas el acceso a la carrera implica la toma de pruebas de conocimiento. También es cierto que las instituciones preparan cursos de nivelación que luego manejan con poca rigurosidad, lo que finalmente hace fácil el acceso a las carreras de educación. Lo que también explican los resultados que los estudiantes obtienen en la prueba PISA. 

¿Qué pasó? ¿Por qué se desprestigió el ser docente?

En el pasado, los maestros eran un símbolo de prestigio social. Se les llama personas eruditas cuyo conocimiento es superior a los demás. ¿Lo que pasó?

Dos tendencias en América Latina han llevado la educación a su estado actual: el crecimiento acelerado de estudiantes a mediados del siglo XX y los cambios sociales y culturales que enfrenta la fuerza laboral femenina.

En el siglo XX, solo una de cada diez personas vivía en ciudades donde también había oportunidades educativas, por lo que gran parte de la población era analfabeta. Esto llevó a que varios gobiernos decidieran establecer esquemas de educación primaria obligatoria, uniforme, laica y gratuita, es decir, educación masiva.

Debido a la necesidad urgente de maestros completamente calificados, los gobiernos iniciaron estrategias rápidas de formación de maestros por correspondencia y en otros casos en cursos muy cortos, lo que redujo en gran medida la calidad de los maestros.

Además, en la década de 1980, América Latina sufrió una crisis económica que provocó que los salarios fueran peores que en muchas otras profesiones.

Se preocuparon por educar a las masas sin cuidar la calidad de la formación inicial de los docentes, sin invertir en salarios o mejorar las condiciones de trabajo (incluida la infraestructura), que es una de las razones por las que se desprestigia la profesión docente.

¿Con quienes contamos para elevar la calidad de la enseñanza y de los aprendizajes de nuestros estudiantes?

Dra. Ed. Emelinda Padilla Faneytt

La autora es especialista en Educación, Directora de la Red Explora para el Desarrollo Educativo (Red-E).

IG: redexplorard

FB: Red Explora

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