En la historia de República Dominicana es notable el paso de varias naciones que poblaron la isla. Desde los taínos hasta la actualidad, somos un popurrí de costumbres heredadas, originales y transformadas.
Siendo que la cultura es el conjunto de manifestaciones que expresan los individuos de un conglomerado determinado que les permite identificarse y a la vez diferenciarse de los demás, es importante conocer y profundizar sobre nuestras raíces culturales.
Existen elementos y costumbres criollas que para la mayoría de esta generación son desconocidas, esto debido a la globalización y el intercambio cultural con otras naciones que antes solo se podían leer en los libros. Sin embargo, es necesario fortalecer las expresiones propias que forman la esencia dominicana.
“Empoderar y difundir las manifestaciones culturales que forman nuestro Patrimonio Cultural Inmaterial, no es solo tarea de los antropólogos e investigadores, sino de todos los dominicanos y del Estado”, así lo expresa la investigadora sociocultural Soraya Aracena.
Nativos
Nuestra isla estuvo poblada por los tainos, que a pesar de no quedar rastros físicos de ellos, parte de sus costumbres permanecen impregnadas en cada dominicano.
Aracena indica que de estos primeros pobladores la herencia más notoria se encuentra en la alimentación y en particular en la ingesta y elaboración del pan conocido como casabe, elaborado a partir de la yuca.
“Sin embargo, de esta cultura también se encuentran remanentes en la religiosidad popular o vudú dominicano; religión en la que existe una división de dioses conocida como India, en la que se encuentran deidades alusivas a dicha cultura como la cacica Anacaona. Además en algunos campos, como los Calabazos de Jarabacoa, todavía se escuchan leyendas como la de la Ciguapa: India con los pies al revés que aparece en el río peinándose con su peine de oro”.
Colonizadores
Gracias a los españoles, Santo Domingo es reconocida como la Primera Ciudad del Nuevo Mundo, sin embargo, de ellos también tenemos características que se han ido transformando con el paso de los años.
De la madre patria nos queda una de las festividades más antiguas: el Carnaval, celebrado por vez primera en el país en 1502 y que desde entonces ha pasado por varias modificaciones con toques muy propios del pueblo dominicano y siendo uno de los más famosos del Caribe.
El negro detrás de la oreja
Negro, moreno, mulatos, indios, chocolate… el dominicano tiene variedad de colores que dan un toque de belleza a cada piel de su gente. Puede ser que algunos sean más claros que otros, pero sin duda como dicen los abuelos “todos tenemos el negro detrás de la oreja”, y eso es parte de la identidad nacional.
Según un estudio sobre el mapa genético dominicano, realizado por la Academia Dominicana de la Historia, el Nacional Geographic Society y la Universidad de Pensilvania, con la colaboración de UNIBE: “El 49% del ADN del dominicano es de origen africano, por encima de la herencia europea, por lo que de este grupo destaca el mayor número de expresiones que conforman el patrimonio de la rica y oculta cultura de los afrodescendientes”, explica Aracena.
A este grupo racial también le debemos la abundante música de percusión que se escucha en los campos, como son los palos o atables.
Manifiesta que este grupo llegó con sus ritosfunerarios, de los cuales se practican aun los “cabo de año “y “bancos” en honor a los difuntos.