Los fenómenos atmosféricos o fenómenos meteorológicos, son todos los eventos que tienen lugar en la atmósfera terrestre. En su mayoría se deben a variaciones y desequilibrios locales de temperatura y densidad, es decir, de los vientos, que van siempre de las zonas de aire más frío y denso, hacia las zonas de aire más cálido y dilatado.
La atmósfera terrestre comprende diversos estratos a medida que se aleja de la superficie terrestre, variando en sus condiciones de presión y temperatura. Lo mismo ocurre cuando se cambia de latitud y longitud, de acuerdo a las diversas regiones climáticas del mundo, que cambian en relación de humedad, densidad y cantidad de energía solar recibida.
Los cambios en las fuerzas y propiedades de la atmósfera causan diversos fenómenos, como el ciclo hidrológico y los distintos ciclos meteorológicos del globo. También causan fenómenos atmosféricos más intensos o erráticos, que bien pueden transformarse en una catástrofe natural, o incluso de llamativos efectos ópticos atmosféricos.
A muy grandes rasgos, los fenómenos atmosféricos pueden ser de tres tipos, de acuerdo a su naturaleza:
- Ópticos. Cuando se deben a la manera de ingreso de la luz solar en la atmósfera terrestre, y su interacción con el aire en sus distintos niveles. Un ejemplo de ello son las auroras boreales.
- Hídricos. Cuando se deben al impacto de las condiciones atmosféricas sobre el ciclo hidrológico o del agua. Por ejemplo, las lluvias y lloviznas.
- Meteorológicos. Cuando se deben a la incidencia de las condiciones de presión y temperatura sobre las masas de aire que componen la atmósfera (los vientos). Por ejemplo, los huracanes y depresiones tropicales.
Ejemplos de fenómenos atmosféricos
Podemos listar algunos conocidos fenómenos atmosféricos, como son:
- Las precipitaciones. Es decir, la lluvia, la llovizna y, dependiendo de las condiciones de presión y temperatura que haya en las regiones atmosféricas cercanas a la superficie terrestre, también el granizo y la nieve, pues son formas sólidas o semi sólidas del agua.
- Los huracanes. Este temible fenómeno atmosférico se debe al encuentro y contraposición de vientos fríos y calientes que, girando en torno a un eje común, quedan atrapados y generan una pérdida de presión. En principio, estos fenómenos típicamente tropicales y del Océano Atlántico son llamados “Depresiones tropicales”, y a medida que absorben materia y energía, agrandándose, pasan a ser “Tormentas tropicales” y finalmente “Huracanes”. Se caracterizan por grandes precipitaciones, vientos de mucha fuerza y velocidad, y descensos rápidos de la temperatura.
- Las auroras. Tanto en el hemisferio norte (aurora boreal) como en el sur (aurora austral), estos fenómenos visuales se deben al impacto de partículas solares emitidas al espacio (viento solar) con la magnetósfera terrestre, produciendo en las regiones cercanas a los polos del planeta un espectáculo visual de colores, luces y formas aparentes en el cielo.
- Los tornados. Un tornado es una columna de aire en vórtice que está en contacto con la superficie terrestre y con una nube cúmulo nimbo, rotando sobre su eje con una velocidad angular sumamente alta. Se trata del fenómeno ciclónico de mayor densidad energética del planeta, y suelen tener forma de embudo o de cono invertido, siendo capaces de arrastrar y arrojar a su paso diversos materiales y seres vivos.
- El arcoíris. Los arcoíris son fenómenos ópticos muy conocidos, que surcan el cielo luego de (o durante) una lluvia ligera o alguna otra situación semejante de humedad atmosférica. En estos casos, la luz solar atraviesa las gotas de lluvia como lo haría con un prisma, descomponiéndose en todos los colores que componen el espectro de la luz visible.
Fuente: https://concepto.de/