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¿Cuál es el docente que se requiere hoy día?

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Establecer unas características claras sobre el docente que se necesita hoy en día para una comunidad educativa contemporánea es complejo, dado a la cantidad y diversidad de aspectos que se presentan actualmente en los centros educativos. Sin embargo, hay algunas de esas características que pueden ser generales y tenidas en cuenta por el profesorado actual, a continuación menciono algunas de ellas que son en mi criterio importantes, donde según Tebar, 2003; citado por Pere Marqués Graells, 2008, en su artículo “Los docentes: funciones, roles, competencias necesarias, formación”, los rasgos del docente de hoy son:

Ø  Cada vez más el docente es considerado como un mediador de los aprendizajes de los estudiantes. Es un experto que domina los contenidos, planifica (pero es flexible)…

Ø  Establece metas: perseverancia, hábitos de estudio, autoestima, metacognición; siendo su principal objetivo que el mediado construya habilidades para lograr su plena autonomía.

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Ø  Regula los aprendizajes, favorece y evalúa los progresos; su tarea principal es organizar el contexto en el que se ha de desarrollar el sujeto, facilitando su interacción con los materiales y el trabajo colaborativo.

Ø  Fomenta el logro de aprendizajes significativos, transferibles…

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Ø  Fomenta la búsqueda de la novedad: curiosidad intelectual, originalidad. pensamiento convergente…

Ø  Potencia el sentimiento de capacidad: autoimagen, interés por alcanzar nuevas metas…

Ø  Comparte las experiencias de aprendizaje con los alumnos: discusión reflexiva, fomento de la empatía del grupo…

Ø  Atiende las diferencias individuales

Ø  Desarrolla en los alumnos actitudes positivas: valores…

Las generaciones actuales han tenido y seguirán teniendo una transformación y una evolución tecnológica a un ritmo bastante acelerado, por lo que quienes tenemos la maravillosa (para algunos desgraciada) oportunidad de intercambiar conocimiento debemos adaptarnos a dichos avances con mucha velocidad, pero a la vez con mucha cautela, para no quedar ante nuestros estudiantes como personas desactualizadas, “atrasadas, chapados a la antigua” y “personajes arcaicos”, como ellos nos suelen llamar en algunas ocasiones. Es por esto que el artículo del Dr Pere Marqués Graells me parece interesante, por la connotación que hace del docente de hoy y en la que propone entre otras cosas hacer uso de la tecnología actual, puesto que es como muchos decimos “lo que está mandando ahora la parada”, sin desligar todo lo que la profesión de un buen docente demanda, tanto ahora como antes e incluso me atrevería a decirlo hacia un futuro, porque muchos de los beneficios que tiene esta maravillosa labor no podrán ser nunca reemplazados por la más novedosa de las máquinas, entre ellas la formación en valores. Dicho apartado debería ser leído y tenido en cuenta por muchos de mis colegas, dado que se han convertido en unos mártires de la educación, no queriendo decir con esto que esté en desacuerdo con todo lo que ellos proponen y solicitan, es más, a muchas de esas peticiones me uno; a lo que hago referencia es a la constante protesta que muchos de mis compañeros manifiestan sobre su profesión cuando dicen “es que hoy en día los muchachos son muy perezosos”, pero, quién no ha tenido pereza alguna vez en su vida cuando ha estudiado?, hasta a mí que estoy en un posgrado me da pereza en ocasiones hacer un trabajo; “no es que hoy en día los docentes debemos ser multifuncionales”, ¿pero cuándo no?; Sí, nos toca ser “sicólogos, ser padres”, amigos, ser comediantes y hasta “médicos” nos toca ser; ¿pero no es eso acaso lo que hacemos a diario? A parte de ser los que tenemos el “conocimiento”, ¿no debemos ser los que ayudemos a la formación y transformación de la sociedad cumpliendo todos estos roles? ¿Sí no somos nosotros quienes tenemos el mayor contacto con los muchachos, porque ahora ni los propios padres, entonces quiénes? ¿A quiénes exigirles respeto, colaboración, tolerancia, paciencia, RESPONSABILIDAD… si nosotros mismos no hacemos uso de estas cualidades con ellos?, ¿a quiénes nos reclaman cariño, comprensión, aceptación, solidaridad, apoyo… si ha sido una constante falencia en sus hogares? Retomo estos aspectos de una pequeña encuesta que le hice el año pasado a algunos de mis estudiantes del grado 7°1 de la Institución Educativa José María Bravo Márquez sección Porfirio Barba Jacob, y que me sirvió de base para escribir mi artículo y a quienes les pregunté ¿Qué clase de profesor necesitas hoy en día? A lo que respondieron muy enfáticamente: “un profesor que se preocupe por los estudiantes, que no sea regañón, que nos explique cuando no entendamos, que no ponga mucha tarea, que nos escuche, que sea chistoso, amable…” ¿no era eso lo que exigíamos nosotros cuando estábamos en la escuela y el colegio?

En fin, el docente que se necesita hoy en día tal vez no ha cambiado mucho del que se necesitaba antes, pues sigue siendo ese personaje (como lo ven muchos) que transforma vidas, que transmite conocimiento, que ayuda a los demás; es sólo que el docente de hoy se ha encontrado con obstáculos, con normas y con condiciones sociales de vida muy diferentes a las que anteriormente se vivían, pero todo eso hace parte de los cambios que a diario se vivencia y a los cuales no podemos darle la espalda, ignorarlos, apartarlos, sino más bien buscar la forma de adaptarnos a ellos de la mejor forma posible, tal y como lo hicieron nuestros propios profesores en su época, es más, no sé si ahora los docentes tengamos más funciones que los de antes, pero pienso que la única diferencia entre ambos es la evolución de las tecnologías, lo demás continua siendo parte de la más bonita de las profesiones: LA DOCENCIA.

Aprovecho este espacio para FELICITAR de todo corazón a mis queridos colegas por su maravillosa labor, continúen en ese camino de interacción, de formación, de transformación, de crecimiento personal y espiritual, de lucha, pero principalmente de respeto, de admiración, de tolerancia y de mucho amor tanto por su profesión como por sus estudiantes, no olvidemos que sin ellos no haríamos falta en este universo, ¿sin ellos para qué un docente, para qué la escuela? ¡No olvidemos eso nunca! Nosotros (todos) también fuimos alguna vez estudiantes; aún algunos lo somos, como YO.

Fuente: https://edufisicamario.weebly.com/

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