Santo Domingo (República Dominicana), 14.3.1772 – Ciudad Victoria, Tamaulipas (México), 11.9.1846. Independentista, letrado y poeta.
Hijo de Francisco Núñez de Cáceres y de María Albor, casó con Juana de Mata Madrigal Cordero y procrearon a José, Pedro y Jerónimo. Fue sobrino del doctor José Núñez de Cáceres Rincón y Camarena, deán de la Catedral de Santo Domingo de 1769 a 1789. Estudió Derecho hasta 1795 en la Real y Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino, de la cual fue profesor y llegó a ser rector en su reinstalación el 6 de enero de 1815. Fue relator de la Real Audiencia de Santo Domingo, nombrado por el rey Carlos IV, y, cuando ésta fue trasladada el 12 de noviembre de 1799 a Santa María de Puerto Príncipe (Camagüey, Cuba), se instaló allí; luego, cuando se produjo la Reincorporación a España (España Boba, 1809-1821), fue asistente del capitán general Juan Sánchez Ramírez, quien lo nombró teniente de gobernador, auditor de guerra y asesor general, luego fue juez de Letras y dirigió procesos contra insurrectos; pero trató de concienciar a través de su periódico El Duende (15 de abril de 1821) para que se creara una república independiente y liberal, por lo cual produjo un golpe de Estado contra el capitán general, mariscal de campo, Pascual Real, la noche del 30 de noviembre de 1821, surgiendo el 1 de diciembre de 1821 el Estado Independiente de Haití Español (o de la Parte Española de Haití), el cual se ponía en accesión o alianza con la Gran Colombia, cuyo pabellón fue izado agregándole cinco estrellas por los cinco partidos de la división política que se estableció. Núñez de Cáceres se proclamó gobernador político y presidente del nuevo estado, y le acompañaron en esta gesta el capitán Manuel Carvajal y Juan Vicente Moscoso, Antonio Martínez Valdés, Juan Nepomuceno de Arredondo, Juan Ruiz, Vicente Mancebo, Manuel López de Umeres y el capitán Pablo Alí; pero las ideas de Núñez de Cáceres no calaron en todo el pueblo, por lo cual el presidente haitiano Jean Pierre Boyer, que tenía partidarios y espías en la parte española, invadió con un ejército, entrando en Santo Domingo el 9 de febrero de 1822. Núñez de Cáceres, en su discurso de entrega del mando a Boyer, puntualizó por qué razones el pueblo dominicano y el haitiano no podrían fusionarse jamás. Con esta invasión se inició una ocupación de veintidós años que culminó con la independencia del 27 de febrero de 1844, cuando se proclamó la República Dominicana.
Núñez de Cáceres había enviado como embajadordiputado ante la Gran Colombia al doctor José María Pineda, para tramitar la protección de la misma, fue recibido por el vicepresidente Santander; Simón Bolívar estaba en su campaña en Ecuador, y sólo se conoce una carta fechada en Popayán el 9 de febrero de 1822, fecha en que se inició la ocupación haitiana, donde Bolívar le expresó a Santander: “Mi querido General: Ayer he recibido las agradables comunicaciones sobre Santo Domingo y Veragua, del 29 y 30 del pasado. Mi opinión es que no debemos abandonar a los que nos proclaman, porque es burlar la buena fe de los que nos creen fuertes y generosos; y yo creo que lo mejor en política es ser grande y magnánimo. Esa misma isla puede traernos, en alguna negociación política, alguna ventaja. Perjuicio no debe traernos si les hablamos con franqueza y no nos comprometemos (imprudentemente) por ellos”.
Núñez de Cáceres, a quien Boyer, para comprometerlo con la nueva situación, le otorgó una pensión vitalicia, marchó con su familia a Venezuela, llegando el 22 de abril de 1823, y llevó con él su imprenta. Allí se convirtió en adversario de Bolívar y publicó los periódicos El Venezolano (1823-1824), El Constitucional Caraqueño (1824-1825), El Cometa (1824-1826) y El Cometa Extraordinario (1826-1827). Fue secretario privado del general José Antonio Páez en 1827, contribuyendo a la separación de Venezuela de la Gran Colombia, por lo cual fue encarcelado en Maracaibo en 1826 o 1827. Bolívar, para sacarlo de Caracas y con el objetivo de confinarle en Cumaná, le ofreció la presidencia de la Corte Superior de Justicia de allí, pero Núñez de Cáceres solicitó pasaporte y se marchó a México el 18 de abril de 1827.
Ya en México, se estableció primero en Puebla de los Ángeles, luego pasó a Tamaulipas, allí tuvo una activa vida política y ejerció la abogacía; fue declarado por el Congreso del Estado de Tamaulipas ciudadano y benemérito de ese Estado el 26 de septiembre de 1833.
En su panegírico, Simón de Portes resumió su vida en México, le llamó defensor de los derechos del pueblo en 1832, valiente soldado de la libertad, compañero del general Moctezuma en los Pozos de los Carmelos y elocuente orador de las causas de la unión en 1833 y 1834.
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