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Segunda Independencia y Primera República (1844 – 1861)

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Antecedentes

En 1838, Juan Pablo Duarte fundó una sociedad secreta llamada “La Trinitaria” para sacudir el yugo haitiano que junto a sus multiple colaboradores lograrán independizar la parte oriental de la isla. En 1843 se aliaron con un movimiento haitiano para derrocar a Boyer. Debido a sus pensamientos revolucionarios y lucha por la independencia dominicana, el nuevo presidente de Haití, Charles Rivière-Hérard, exilió y encarceló a los principales trinitarios. Al mismo tiempo, Buenaventura Báez, un exportador de caoba azuano y diputado en la Asamblea Nacional de Haití, estaba negociando con el Consulado General de Francia para el establecimiento de un protectorado francés. En una oportuna insurrección para adelantarse a Báez, el 27 de febrero de 1844, los Trinitarios declararon su Independencia de la República Dominicana, con el apoyo de Pedro Santana, un rico ganadero de El Seibo quien comandó un ejército privado de peones que trabajaban en sus tierras y que lucharon por la causa revolucionaria formando así junto a voluntarios patriotas el ejercito independentista dominicano.

Primera República 1844 – 1861

La primera constitución de la República Dominicana fue aprobada el 6 de noviembre de 1844. Se incluyó una forma de gobierno presidencial con muchas tendencias liberales, pero se vio empañada por el artículo 210, impuesta por Pedro Santana en la Asamblea Constituyente por la fuerza, dándole los privilegios de una dictadura hasta que la guerra de independencia terminara. Estos privilegios no solo le sirvieron para ganar la guerra, sino también le permitió perseguir, ejecutar y conducir al exilio a sus opositores políticos, entre los que se encontraron Juan Pablo Duarte. Durante la primera década de independencia, Haití intentó varias invasiones para reconquistar la parte oriental de la isla: en 1844, 1845, 1849, 1853 y 1855-1856. Aunque cada una fue malograda, Santana siempre utilizaba la amenaza de la invasión haitiana como una justificación para la consolidación de sus poderes dictatoriales. Para la élite dominicana —en su mayoría propietarios de tierras, comerciantes y sacerdotes— la amenaza de la reconquista por el más poblado Haití fue suficiente para buscar la anexión a un poder exterior. Ofreciendo las aguas profundas del puerto de la bahía de Samaná como anzuelo, en las próximas dos décadas, las negociaciones se hicieron con Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y España para declarar un protectorado sobre el país.

Sin carreteras adecuadas, las regiones de la República Dominicana se desarrollaron en forma aislada unas de otras. En el sur, la economía estaba dominada por la ganadería (sobre todo en el sureste de la sabana) y el corte de caoba y otras maderas duras para la exportación. Esta región conservó un carácter semi-feudal, con poca agricultura comercial, la hacienda como unidad social dominante y la mayoría de la población vivía en un nivel de subsistencia. En el Valle del Cibao, los más ricos campos agrícolas de la nación, los campesinos complementaron sus cultivos de subsistencia con el cultivo del tabaco para la exportación, principalmente hacia Alemania. El tabaco requería menos tierra que la ganadería y se cultivaba principalmente por pequeños agricultores, quienes dependían de los comerciantes ambulantes para transportar sus cosechas a Puerto Plata y Montecristi.

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Santana enriqueciéndose a sí mismo y a sus seguidores, recurrió a múltiples impresiones de dinero inorgánico. En 1848, se vio obligado a dimitir, aunque alegó quebrantos de salud, y fue sucedido por su vicepresidente, Manuel Jimenes. Después de volver a dirigir las fuerzas dominicanas contra una nueva invasión haitiana en 1849, Santana marchó hacia Santo Domingo, deponiendo a Jimenes. A petición de éste, el Congreso eligió a Buenaventura Báez como presidente, pero Báez no estaba dispuesto a servir de títere de Santana, desafiando su papel como líder reconocido militar del país. En 1853, Santana fue elegido presidente para su segundo mandato, lo que obligó a Báez a buscar el exilio. Tres años más tarde, después de malograr la invasión haitiana por última vez, negoció un tratado de arrendamiento de una porción de la península de Samaná con una compañía estadounidense; la oposición popular lo obligó a abdicar, lo que permitió que Báez regresara y tomara el poder. Con el tesoro nacional agotado, Báez imprimió dieciocho millones de pesos para la compra de la cosecha de tabaco de 1857 con esta moneda y exportándola por dinero en efectivo en beneficio de sí mismo y sus seguidores. Los plantadores de tabaco cibaeños, quienes se arruinaron cuando se produjo la inflación, se rebelaron, volviendo a recurrir a Santana quien se encontraba en el exilio, para liderar la rebelión. Después de un año de guerra civil, Santana tomó Santo Domingo y se instaló como presidente. Cabe destacar que el periodo de la primera república se distinguió por las pugnas y la inestabilidad política en el naciente país.

Fuente: http://enciclopediadominicana.org/

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