El ciclo del agua o ciclo hidrológico es el proceso de circulación del agua en el planeta Tierra. Constituye uno de los ciclos biogeoquímicos más importantes, en el que el agua sufre desplazamientos y transformaciones físicas (por acción de factores como el frío y el calor) y atraviesa los tres estados de la materia: líquido, sólido y gaseoso.
El agua es una de las sustancias más abundantes del planeta y cubre la mayor parte de la Tierra. Se puede encontrar en su fase líquida en océanos o mares, en su fase sólida en los glaciares y en su fase gaseosa en el vapor de agua.
¿Cómo se distribuye el agua en el planeta Tierra?
- En estado líquido. Un 71 % de la superficie terrestre está cubierta por agua líquida, de la cual el 97 % es agua salada que forma los océanos.
- En estado sólido. Una fracción del agua en la Tierra está en estado sólido, es decir, acumulada como hielo. Los glaciares y casquetes polares, ubicados principalmente en Groenlandia y en la Antártida, ocupan el 10 % de la superficie del planeta y representan el 69 % del agua dulce disponible.
- En estado gaseoso. Una fracción menor de agua está en estado gaseoso, como vapor de agua, y forma parte de la atmósfera.
Características del ciclo del agua
Algunas de las características del ciclo del agua son:
- Es un ciclo hidrológico en el que el agua circula por el planeta Tierra en diferentes estados: líquido, sólido y gaseoso.
- Está formado por cuatro etapas principales: evaporación, condensación, precipitación y recolección.
- En él intervienen diversos factores ambientales, como el viento y la energía solar (que es la principal impulsora de este ciclo).
- No tiene su inicio en un punto determinado, sino que se trata de una continuidad de procesos que se repiten sucesivamente. Sin embargo, para su estudio se usa el fenómeno de la evaporación como el inicio de este ciclo.
- Es vital para el mantenimiento y la estabilidad del planeta porque es indispensable para la vida de los organismos y, además, regula el clima, la temperatura mundial y otras condiciones de la Tierra.
Etapas y procesos del ciclo del agua
El ciclo del agua se compone de cuatro etapas principales que se dan de forma sucesiva:
- Evaporación. El ciclo del agua comienza con la evaporación del agua desde la superficie hacia la atmósfera. El agua líquida de los océanos y otros cuerpos de agua se evapora y pasa de estado líquido a gaseoso, por la acción de la luz solar y el calentamiento de la Tierra. Los seres vivos también contribuyen al proceso de evaporación, a través de la transpiración (en el caso de las plantas) y de la sudoración (en el caso de los animales).
- Condensación. Luego, el agua en la atmósfera se desplaza, por acción del viento, en distintas direcciones. Cuando el vapor de agua llega a altitudes mayores, las bajas temperaturas le permiten condensarse, es decir, recuperar su forma líquida y formar gotas de agua que se acumulan en las nubes. Las nubes se vuelven oscuras a medida que contienen mayor cantidad de gotas de agua.
- Precipitación. Cuando las gotas de agua contenidas en las nubes son grandes y pesadas, rompen su estado de equilibrio y se producen las lluvias o precipitaciones. Por lo general, el agua cae en forma líquida, pero, en ciertas regiones donde las temperaturas son menores, puede hacerlo en forma más o menos sólida, como nieve, escarcha o granizo.
- Recolección. Del agua que llega a la superficie terrestre, una parte alimenta los océanos y otros cuerpos de agua y otra es directamente aprovechada por los seres vivos. Una tercera fracción del agua que precipita se filtra a través del suelo y se acumula formando acuíferos o capas de agua subterránea. Esta agua, eventualmente, puede volver a emerger en forma de fuentes o formando parte de distintos cuerpos de agua (como arroyos o ríos) o volver al océano a través del flujo subterráneo. Tarde o temprano, el agua vuelve a evaporarse y el ciclo vuelve a comenzar. Dentro de este paso se dan procesos como:
- Infiltración. El agua que alcanza el suelo terrestre penetra y se transforma en agua subterránea. La cantidad de agua que se filtra por la superficie depende de distintos factores como la permeabilidad del suelo, la pendiente y la cobertura vegetal de la región. El agua infiltrada puede luego volver a la atmósfera por evaporación o ser incorporada a distintos cuerpos de agua superficiales.
- Escorrentía. El agua líquida cae sobre terrenos saturados (que no pueden absorber más agua) y se moviliza por la superficie hasta la red fluvial. La escorrentía genera erosiones y transporta sedimentos. Un área de tierra determinada drenada por la escorrentía se denomina cuenca.
- Circulación subterránea. El agua que se filtra a través de los poros de la tierra luego se desplaza por el subsuelo, en ocasiones incluso a través de rocas permeables. Las capas porosas de roca en las que el agua subterránea es almacenada se denominan acuíferos.
Además, el agua forma parte de otros procesos como:
- Fusión. Es la transformación del agua desde su estado sólido (hielo o nieve) a líquido, cuando se produce el deshielo. Así, el derretimiento de los hielos, como ocurre en los polos y en las regiones continentales heladas, devuelve el agua a su punto inicial del ciclo.
- Solidificación. Consiste en el pasaje del agua desde el estado líquido al sólido y ocurre cuando la temperatura es menor a 0 ºC. El proceso de solidificación puede generarse en las nubes, dando lugar a la formación de nieve o granizo, y también sobre las superficies de lagos y ríos, cuando las temperaturas son lo suficientemente bajas.
Importancia del ciclo del agua
El agua es la sustancia que permite la vida en el planeta Tierra y es gracias a su ciclo que la cantidad de agua disponible se mantiene de forma constante y en continua circulación. A través de este ciclo, el agua se filtra y adquiere su pureza inicial.
El ciclo del agua es un proceso vital porque, en primer lugar, permite que haya vida en el planeta y, además, permite conservar los ecosistemas como se conocen hoy en día. El movimiento constante del agua es responsable de regular los climas, la temperatura y la humedad de un sitio, la erosión del terreno y de transportar sustancias de un lugar hacia otro.
Gracias a este ciclo, el agua está disponible para ser usada por los seres vivos, que la obtienen de los cursos de agua o de la tierra. Además, permite al ser humano realizar actividades como la agricultura y los procesos industriales.
Del total de agua en el mundo, solo el 3 % es agua dulce (que es la que puede ser consumida por los seres vivos) y el resto es agua salada que proviene de los océanos, por lo que cuidar el agua disponible y no alterar su ciclo permite albergar vida en el planeta y mantener el equilibrio de los ecosistemas.
Alteraciones del ciclo del agua
El ciclo del agua es un ciclo natural que se mantiene constante, lo que implica que siempre cuenta con la misma cantidad de agua que se va transformando y desplazando. Sin embargo, existen factores tanto humanos como de la naturaleza que pueden afectar el correcto funcionamiento de este ciclo.
Dentro de las causas más destacadas está el calentamiento global, que es el aumento de las temperaturas en la Tierra, que produce fenómenos como el aumento de las temperaturas del agua, el aumento de las precipitaciones, el derretimiento de los glaciares y el aumento del nivel de los océanos. Todas estas consecuencias que trae la suba de temperaturas afectan directamente al correcto funcionamiento del ciclo del agua.
Existen otras causas que afectan el desarrollo del ciclo, entre las que están: la tala indiscriminada de bosques, la erosión de los suelos, la extracción de agua, la urbanización, entre otras. Estas prácticas alteran el normal ciclo hidrológico y traen consecuencias como inundaciones y sequías.
Debido a que un porcentaje muy pequeño del agua disponible es apta para el consumo humano, su escasez y la dificultad de obtener agua de alta calidad son dos factores a tener en cuenta. Para ello se fomentan prácticas que apuntan a reducir su consumo, evitar su contaminación y gestionar de forma responsable este recurso para que pueda estar disponible para la población mundial.