La embajadora de Alemania en República Dominicana se considera fan de los microproyectos y de las iniciativas con enfoques verdes que benefician a las comunidades. Tiene, además, un vínculo muy especial con este pais.
A la embajadora de Alemania en República Dominicana, Maike Friedrichsen, la pasión por el verde y la ecología le viene de familia.
“Mi padre, en los 70, decía que hay que respetar el mar, cuidar la playa; entonces tengo la costumbre -incluso aquí- de cuando voy a la playa, si veo algún plástico, algún foam, recogerlo; el otro día estaba buceando para retirar plástico”.
En los años 80, continúa, el tema de la energía nuclear y el miedo a la desaparición de los bosques “si el CO2 no era absorbido” se convirtieron en temas de educación ambiental en los colegios alemanes.
“Y luego empezamos con lo del reciclaje. Poco a poco se fue avanzando y creo que hoy somos extremadamente sensibles con la temática ambiental”.
Se refiere a que, en Alemania, la ciudadanía está muy comprometida con todo lo relacionado con el medio ambiente.
“Para nosotros es muy importante y ahora más, porque tenemos al Partido Verde como parte de nuestro gobierno y una política a nivel mundial con un enfoque temático en materia de clima, medio ambiente y biodiversidad. Y me alegro también porque tenemos una nueva funcionaria de Estado, en el Ministerio de Asuntos Exteriores, la señora Jennifer Morgan, que fue activista de Greenpeace”.
A Friedrichsen le encanta el mar y tiene licencia para hacer submarinismo, una gran ventaja dado la gran cantidad de proyectos marino-costeros que apoya la Cooperación Alemana en República Dominicana, mayormente enfocados en la restauración de arrecifes de coral y en la protección de los manatíes.
“Hay que aprovechar y visitar estos espacios personalmente”, comenta Friedrichsen durante su participación en el Encuentro Verde de Listín Diario.
Con el idioma no hay problemas, su esposo es español y ha realizado tareas consulares en Nicaragua.
Antes de ser acreditada en República Dominicana en octubre pasado, estuvo cuatro años en Berlín, en el Departamento Político del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores, como subdirectora de México, América Central y el Caribe.
El cariño por RD viene de lejos
Aunque esta es su primera misión representando a su país en el Caribe, ya nos había visitado como turista.
“Estoy muy contenta de estar acá. Siempre he tenido un amor especial a este país porque mi primer viaje a las Américas, en los años 90, en unas vacaciones como estudiante, fue a Cabarete, y me gustó muchísimo”.
Era la época de apogeo del windsurf y los cocteles costaban un dólar, sonríe Friedrichsen, quien además de Derecho hizo maestrías en Administración de Negocios Internacionales y en Economía.
“Fue un poco de casualidad del destino. Fui a la agencia de viajes y había una oferta muy buena para Cabarete; realmente eran ofertas a sitios lindos pequeños. Luego, mi marido y yo fuimos a un viaje de novios a Punta Cana y cuando nos casamos volvimos. Mi niña pequeña, que tiene síndrome de Down y por eso tiene un desarrollo más lento, aprendió a andar aquí; mi marido aprendió a bucear en Punta Cana y entonces estoy súper agradecida”.
Por eso, cuando se dio la oportunidad de aplicar a posiciones vacantes, Friedrichsen no dudó en colocar en la lista como opción número uno a República Dominicana.
“Las áreas naturales y la calidez de la gente, obviamente, jugaron un papel importante para tomar la decisión”, admite. Y asegura que como familia fue también fácil decidirlo, pues su esposo trabaja en el sector tecnológico “y la tecnología aquí está muy desarrollada”.
Fan de los pequeños proyectos
Friedrichsen ha aprovechado sus primeros meses en el país para conocer los proyectos (24) que apoya el gobierno alemán en las áreas verde y de energía.
“Yo soy muy fan de los microproyectos porque podemos ser súper flexibles con estos. A veces en estos proyectos se trabaja menos con la GIZ (Agencia Alemana para la Cooperación Internacional) y más con fundaciones y con las comunidades”. Estos proyectos son apoyados con aportes de hasta 25,000 euros.
Considera que es mucho lo que se puede logar cuando se contempla una simbiosis entre la biodiversidad y los negocios.
“Las perspectivas económicas son muy importantes para que haya incentivos justos. Por ejemplo, las bolsas de plásticos se usan poco en Alemania desde que se cobra; cuando se le pone un precio te duele un poquito y hace que la gente las utilice menos; el vidrio igual, si no devuelves la botella tienes que pagar 30 céntimos”.
Le alegró encontrar en el país compromisos reales de empresas, fundaciones y personas que están apostando por el desarrollo sostenible, especialmente en el sector turístico.
“Los jóvenes alemanes son muy sensibles al tema y prefieren hoteles con el ‘Biodiversity Check’. La gente ve que su negocio se hace mejor si toma en cuenta la biodiversidad; pero claro, todo lo del desarrollo ecológico tiene que ir conjuntamente con el desarrollo social, que haya trabajo pero que no se destruya el ambiente”.
Un ejemplo de esta visión –comparte- son los pescadores que antes depredaban el mar y dañaban los arrecifes de coral y hoy trabajan en los laboratorios de corales de Punta Cana y Bayahíbe, aportando a su regeneración y promoviendo su uso como atractivo turístico.
“No es fácil, pero creo que estamos dejando huellas aquí”, expresó.
En el encuentro participaron también Melanie Müller, agregada de Economía y Cooperación de la embajada; y las biólogas Yvonne Arias y Rosa Lamelas.
Fuente: https://listindiario.com/vida-verde/2022/12/29/755509/maike-friedrichsen-el-desarrollo-ecologico-debe-ir-conjuntamente-con-el-desarrollo-social