Un sueño no se hace realidad por arte de magia, necesita sudor, determinación y trabajo duro.
Colin Powell
Según arrojan algunas encuestas y estadísticas, el nivel de nuestros hijos ha caído con respecto a hace unos años con respecto a asignaturas como matemáticas o lengua. Esto se registra no solo a nivel de Secundaria o Bachillerato, sino que desde la propia Primaria se ven ya ciertos atisbos.
Más allá de la caída en el nivel global, tus hijos pueden tener ciertas carencias de conocimientos en ciertas materias, por lo que un pequeño empujón no les vendría mal de cara a ponerse al día durante las vacaciones de verano y empezar de nuevo el año escolar con más confianza en sí mismos.
Si puedes permitírtelo, lo ideal en ciertas ocasiones es recurrir a un profesor particular que se adapte a tus hijos, a sus dificultades y carencias para los medios para hacerlo, es recurrir a un profesor particular que se adapte perfectamente a tus hijos, a sus dificultades y carencias para permitirle progresar, consolidar sus logros y recuperar la confianza en ellos.
Por supuesto, puedes pedirle al profesor que revise el programa de varias asignaturas o de una sola asignatura según el perfil que elijas para consolidar los conocimientos de tus hijos.
En este caso, tendrías dos posibilidades:
- Por un lado, decantarte por un profesor de apoyo y llamarlo una o dos veces por semana durante una hora para estudiar con tus hijos y comprobar que van avanzando.
- Por otro, optar por un tipo de curso intensivo, de unas tres o cuatro horas diarias durante 5 días, de manera que el niño se ponga las pilas y pueda entrar al cole con el pie derecho.
Un niño o adolescente que tenga algunas carencias tendrá más dificultades para trabajar de manera autónoma que aquel que no las tiene. Puede perderse en cualquier momento y sentir impotencia, sin saber por dónde empezar o qué hacer y desanimarse ante la dificultad.
Por ello, quizá un curso que combinen ambas opciones puede funcionarle a aquellos que tengan más dificultades.
En la web de Superprof, encontrarás algún profesor que se adapte a tus necesidades. Nuestros profesores son los que fijan sus propios precios, por lo que puedes filtrar tu búsqueda según tu presupuesto.
El precio varía en función de varios criterios: el nivel del alumno, la titulación del profesor, su experiencia, su ubicación geográfica…
Tienes la opción de escoger clases presenciales o a distancia, aunque te recomendamos las clases a domicilio para aquellos alumnos con dificultades. Les será más fácil concentrarse, estar motivados, participar y, por lo tanto, progresar.
La ventaja de contar con un profesor particular es que se adapta al 100 % al alumno, aunque su precio pues hay que pagarlo.
No obstante, si lo que quieres es pagar menos, también puedes optar por una clase grupal en un grupo reducido en la que el profesor puede dedicarle cierto tiempo a cada uno de los alumnos que tenga. En estos casos, se les dedica más que el tiempo que les puede dedicar el profesor en clase.
Ayudar a tus hijos tú mismo
Si tienes tiempo, quizá puedas ayudar a tus hijos para que la vuelta al cole no sea tan dura mediante la creación de un programa hecho a medida para ellos, de tal forma que los supervisas y les corrijas los ejercicios que realizan para poder hacerles un seguimiento.
Bastará con entre una media hora y una hora al día para hacer un repaso por el programa escolar de tus hijos.
Puedes basarte en el cuaderno de tu hijo del año pasado y hacer los ejercicios de nuevo, una forma más sencilla para asegurarte de que no te dejas nada atrás y de que no introduces nada que no haya visto.
La otra solución más sencilla es comprar un libro de vacaciones adaptado al nivel y la edad de tus hijos (matemáticas, lengua, inglés, ciencias, francés…)
Eso sí, no siempre resulta sencillo ayudar a tus hijos con sus lagunas de conocimiento. Tendrás que asumir el papel de padre y profesor, ya que es posible que tus hijos no quieran hacer los ejercicios contigo.
Esta solución, por lo tanto, se reserva para todos aquellos padres pacientes que sepan asumir las responsabilidades de un maestro y para niños que acepten que alguien de su familia los ayude con el cole.
Puede darse el caso de que sea más sencillo contar con el apoyo de un tercero, que muestre autoridad y logre que el niño lo escuche.
Apuntarse a una escuela de verano
Las escuelas de verano, también denominadas colonias urbanas o campamentos urbanos, son una serie de actividades de ocio y tiempo libre que se organizan en las instalaciones de un centro educativo durante el horario escolar en verano. De esta forma, los niños podrán disfrutar de algún tipo de actividad recreativa o apoyo escolar, lo que, de algún modo, contribuye a la conciliación familiar durante este período en el que los padres tienen que hacer malabares para ver qué hacen con sus hijos.
Este tipo de actividades nacen con el fin de relacionarse, jugar y no dedicarse exclusivamente estudiar, aunque también hay tiempo para repasar.
Entre los objetivos de las escuelas de verano, encontramos fomentar las habilidades sociales y el desarrollo personal de los asistentes.
A través de diversas dinámicas, se trabajará(n):
- Conocimientos académicos (si hay clases de apoyo)
- Creatividad e iniciativa
- Valores
- Relaciones personales
- Tolerancia, solidaridad y colaboración
- Participación
- Imaginación
- Autoestima
- Autonomía personal
Para trabajar todas estas dinámicas, se pueden organizar:
- Manualidades, talleres o actividades plásticas
- Juegos cooperativos
- Deportes
- Gymkhanas
- Actividades relacionadas con las artes escénicas como teatros, bailes o actuaciones musicales
- Juegos acuáticos y natación (si se dispone de piscina)
- Actividades temáticas
- Apoyo o refuerzo de idiomas o de algunas asignaturas del currículo
Las escuelas suelen tener el horario escolar por lo que sería muy similar a como si estuvieran en el colegio o el instituto. Las edades pueden llegar hasta los 17 años en algunos casos, aunque la mayoría de escuelas se centran en un público de entre 3 y 12 años. En cuanto al precio, puede variar, pero ronda entre los 75 y los 250 euros a la semana en función del tipo de actividades, de si hay servicio de comedor, de si hay excursiones…
Ir a un campamento de verano
Un campamento de verano, a diferencia de una escuela de verano, hace referencia a un conjunto de actividades de ocio y tiempo libre en una instalación dedicada exclusivamente a ello. En este caso, el aprendizaje se realiza a través del juego y de actividades recreativas.
La duración de los campamentos, también denominados colonias, es de una semana, diez días, quince días o incluso más. El campamento de verano es mucho más intenso que una escuela de verano ya que al convivir 24 horas con el resto de niños y monitores, se generan lazos que duran para toda la vida.
Existen múltiples tipos de campamentos de verano: multiaventura, náuticos, deportivos, temáticos, de idiomas…
Como existen numerosas opciones, lo mejor será estudiar qué ofrecen los campamentos de tu alrededor para ver en cuál inscribes a tu hijo para que puedas también encontrar algún tipo de refuerzo. A través de los juegos, los desafíos y todas las actividades que realizan en los campamentos, los niños aprenden mucho, a veces más que en la escuela, ya que están más motivados y no lo ven como una tarea.
El precio de los campamentos puede variar en función de la modalidad, de las instalaciones, las actividades incluidas, el transporte, la comida… En este caso, las limitaciones de edad las imponen los campamentos, pero pueden acudir tanto niños como adolescentes.
Para poder tomar la decisión, lo que tienes que hacer es informarte de los lugares en los que se organizan campamentos y escuelas de verano para saber si ofrecen algún tipo de apoyo escolar, además de las actividades típicas de ocio y tiempo libre.
Como ves, hay muchas fórmulas que pueden ayudarte de cara a encontrar una opción de apoyo escolar para tus hijos. Elijas contratar a un profesor particular, ayudarlos tú mismo o inscribirlos en una escuela de verano o un campamento, tus hijos podrán beneficiarse de las ventajas de repasar en verano para que la vuelta al cole no se les haga cuesta arriba mientras cubren algunas lagunas que tenían del curso anterior.
Fuente: www.superprof.es