Se le conoce como el enésimo cáncer de la sociedad moderna y en muchas ocasiones los medios de comunicación no le dan la importancia necesaria a algo tan sensible como esto. Por esa razón –y muchas otras– se necesita hablar sobre lo que está sucediendo con los niños de todo el mundo.
Las estadísticas apuntan que 8 millones de niños desaparecen cada año en todo el planeta, si se hacen los cálculos son 22 mil pequeños todos los días. Tan sólo en Europa son 270 mil niños a los que se les pierde el rumbo por completo, uno cada 2 minutos.
Son cifras realmente preocupantes, pero el problema no termina ahí.
En países como Italia se tienen registros de 18 mil niños que desaparecieron desde 1974, por lo tanto son 46 años que han pasado desde entonces y las cantidades se siguen elevando. Se sabe, incluso, que muchos de ellos son víctimas de la prostitución, el tráfico de drogas o el denominado trabajo negro (empleos no registrados).
También es importante identificar otros 2 tipos de desaparición que suelen ser muy comunes:
- Niños fugitivos
Menores que dejan sus hogares intencionadamente.
- Secuestros parentales
Niños secuestrados por alguno de sus padres sin el consentimiento del otro.
De un 53% de todos los casos registrados de secuestros, se sabe que tienen un final trágico, y en muchos de ellos –el 44% para ser exactos– la tragedia sucede durante la primera hora.
En Estados Unidos un niño se pierde cada 40 segundos y se sabe que más de 58 mil de ellos fueron secuestrados por un desconocido.
Actualmente existen organizaciones como “Missing Children Europe” que tratan casos de niños desaparecidos, al mismo tiempo que brindan apoyo a las familias y averiguan más sobre la situación.
Como se mencionó anteriormente, la desaparición de menores de edad es una situación difícil de asimilar, pero mientras más nos informemos al respecto más rápido podremos encontrar una solución que nos permita arrancar el problema desde la raíz.