La conspiración de La Reforma, el 27 de enero de 1843 es sin lugar a dudas, el movimiento más importante, de rebelión, durante la ocupación haitiana al lado este de la isla, iba a salir de las propias filas haitianas: La Reforma.
Como se sabe, en el año 1823, Boyer debió sofocar varias conspiraciones de los partidarios de España en la parte del Este, un motín contra las tropas haitianas que vigilaban a un grupo de trabajadores que limpiaban el camino de Santiago a Puerto Plata, y en 1824 debió reprimir con mano dura, la rebelión de Los Alcarrizos.
Sin embargo, el mayor peligro para el régimen de Boyer provenía de los militares haitianos que encontraron motivos de queja en el tratado que reconoció la independencia de Haití a cambio de una indemnización de 150 millones de francos, así como en la crisis económica que afectaba, particularmente, al sector de bajos ingresos de la población de la isla.
No es sorpresa, pues, que el los dos años más importantes movimientos contra Boyer ocurrieran en el mismo año, 1838, aunque por motivos diferentes: la conspiración para asesinar al presidente Boyer y a su Secretario General, el ministro Inginac, y la conspiración dominicana iniciada con la fundación de la sociedad secreta “La Trinitaria”.
Hubo conspiraciones haitianas también en el 1837, encabezadas por militares negros del norte, aplacadas por la cuestión racial, que en Haití también tenía sus implicaciones.
Se sabe que los dominicanos, activados por la labor conspirativa de Juan Pablo Duarte, habían iniciado movimientos aislados de conspiración desde el año 1834, pero no es sino hasta julio de 1838, cuando el plan toma forma con la organización de La Trinitaria.
Las desavenencias en el seno del gobierno haitiano por la labor de algunos diputados desafectos al régimen y la represión a que fue sometido el cuerpo legislativo en general, y los diputados opositores en particular, solo dejaron abierta la vía de la revolución contra el gobierno de Boyer.
Los opositores al régimen de Boyer en Haití se organizaron en una “Sociedad de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, dirigida por H. Dumesle, que promovía banquetes con charlas y discursos en los que se enaltecían las ideas liberales y la necesidad de reformar el estado haitiano.
El gobierno sabia que detrás de los banquetes había una actividad conspirativa de primer orden, sobre todo en los pueblos del Norte como Los Cayos y Jeremie, pero no pudo actuar contra ellos, porque el terremoto del 7 de mayo de 1842 consumió todas las energías del régimen que ahora tenia que luchar también contra los elementos y el pillaje desatado en las ciudades destruidas, principalmente en Cabo Haitiano y Santiago
En septiembre de 1842, la Sociedad lanzó un manifiesto en el que atacaban el absolutismo de Boyer y en el interím se designo al general Charles Herard como comandante del movimiento.
Finalmente, el golpe fue dado el 27 de enero de 1843, en Praslin, en la finca de Herard y apoyado por la juventud de Santo Domingo en marzo de ese año. El gobierno de Boyer cayó el 14 de marzo y con él finalizaron veinticinco años de dictadura en Haití, de los cuales, la parte del Este tuvo que sufrir 21 largos años.
El triunfo del movimiento haitiano desataría las fuerzas contenidas de los dominicanos, ya organizados desde 1838 en la Trinitaria.