Dra. Monserrat Treviño
Mis hijos ya están grandes, pero desde pequeños les inculqué el hábito de la lectura… Aquí mis secretos:
Hicimos nuestro propio “Club de lectura” y le pusimos nombre. Se llama “patitas lectoras” (Por favor no se rían así le pusieron mis hijos).
Juntos elegimos un día a la semana para leer juntos, después de 40 min suena la alarma y cada quien platica una reseña de su lectura.
En nuestro club tomamos café, chocolate, té o leche con galletas.
Ellos eligen su libro. No se los impongo yo.
Acordamos un lugar relajado y tranquilo de la casa que es nuestra sala. La adornamos con libros, plantitas, cojines y una colchita para cada uno.
Quien termina un libro lo reconocemos con alegría y vamos a Gandhi para que elija su próxima lectura. Nos gusta por que ahí dejan hojear los libros.
No los obligo a leer. Es un tiempo que aprendimos a valorar por qué estamos juntos y de tantos años ya es un hábito entre nosotros disfrutando nuestra compañía.
Prendemos velas y un difusor. Les preparo el ambiente cálido y acogedor. De más chiquitos podían invitar a un amigo peluche al club, hoy nos acompañan nuestros gatitos.
Les pongo música clásica de fondo.
Al final siempre nos despedimos con un beso, les digo que los amo y les AGRADEZCO por esos momentos.