Nathalia Romero
Santo Domingo
La Formación integral humana y religiosa es una materia que se imparte mayormente en las escuelas católicas. Para muchas personas el hecho de que se imparta como asignatura obligatoria puede considerarse como “adoctrinación”. Pero para Antonio García, el docente que inspira del día de hoy, eso no es así.
García es licenciado en Ciencias Religiosas de la Universidad Católica Santo Domingo y actualmente se desempeña como monitor del área de formación integral humana y religiosa del primer ciclo de primaria del Centro Educativo Cristo Rey, de la cual es exalumno.
Su inspiración para dedicarse a la docencia vino “del amor y la alegría del carisma salesiano que las hermanas y los hermanos salesianos infundieron en mi vida desde muy temprana edad. San Juan Bosco, nuestro fundador y gran educador decía que la educación es cosa del corazón”.
Para este docente, el hecho de que se imparta la materia de Formación integral humana y religiosa es importante porque como ella lo expresa nosotros los seres humanos estamos llamados a vivir con los demás cultivando los valores que tanto necesitamos en la sociedad actual.
Y a diferencia de lo que muchas pueden pensar de que es una materia de solo contenido religioso, García argumenta que la asignatura fomenta los valores desarrollando en los seres humanos en sus más grandes dimensiones: La armonía entre el pensar sentir y actuar.
Y esto es algo que ha visto en sus alumnos. “Los cambios y beneficios se dan de manera que los estudiantes van desarrollando sus diferentes capacidades de pensar, actuar y sentir lo que los hace más identificado con el cuidado creación el entorno que lo rodea”.
“De primera mano he podido ver cómo los estudiantes son capaces de formular preguntas y dar respuestas sobre el tema de la creación. El hecho de que a su corta edad tengan desarrollado el sentido crítico es algo que me ha dejado muy sorprendido, pero a la vez, satisfecho de haber colaborado a la formación de mejores seres humanos”.
