Cuentista, periodista y educador, nació en la ciudad de Montecristi el 3 de febrero de 1866.
Desde muy niño sus padres lo llevaron a vivir a Puerto Plata, donde tuvo que trabajar durante su niñez y adolescencia para aliviar la situación económica familiar. Al mismo tiempo que laboraba en oficios tan disímiles como distribuidor de periódicos o aprendiz de impresor, asistía a la escuela primaria y secundaria.
Su oposición a la dictadura de Ulises Heureaux, a quien atacó desde las páginas del periódico El Renovador, le costó la cárcel en 1884.
En 1885, después de otro apresamiento, se marchó a Puerto Rico y, posteriormente, a Venezuela a un exilio involuntario que se extendió hasta 1887.
En Venezuela trabajó como redactor de los periódicos El Tiempo y El Progreso y en República Dominicana fue director de El Dominicano (1909), fundador de El Nacional (1911), redactor de Pluma y Espada (1909) y colaborador del Listín Diario y El Teléfono.
Como servidor público ocupó las posiciones de Director la Escuela Normal de Montecristi, Director de Estadística y Senador de la República. Se distinguió entre los escritores de su generación, por la sagacidad con que estudió los fenómenos característicos de la evolución dominicana. En su ensayo “La paz en la República Dominicana, a la luz de la historia y de las ciencias naturales, el fenómeno de las guerras civiles, para llegar a la conclusión de que esos brotes anárquicos obedecieron a factores de orden económico más bien que a defectos orgánicos de raza que afecten la psicología nacional.
Entre los rasgos que caracterizan lo que él denominó nuestra formación gregaria, incluye José Ramón López la extinción de los prejuicios raciales. En “La alimentación y las razas”, el segundo de sus grandes ensayos sobre la realidad nacional, recurre a la psicología para explicar ciertos fenómenos propios de la vida social dominicana.
José Ramón López cultivó el cuento y la novela. En “Nicia”, narración corta que editó en 1904, y en fragmentos de “Dolores”, novela que dejo inconclusa y algunos de cuyos capítulos dio a conocer en al revista “El lápiz”, describe con sencillez el ambiente dominicano durante la época de nuestras discordias intestinas.
Su habilidad para captar la sensibilidad política nacional, mediante el uso de un lenguaje claro, sencillo y anecdótico, así como su talento y su espíritu emprendedor lo convirtieron en el periodista más innovador de su época y en uno de los cuentistas dominicanos más importantes del siglo XIX. También está considerado como unos de más lúcidos pioneros del ensayo histórico y sociológico dominicano. Murió en Santo Domingo el 2 de agosto del 1922.
Su Bibliografía Pasiva:
Cuentos: Cuentos PuertPlateños. Santo Domingo: Imprenta La Cuna de América, 1904.
Novela: Nisia. Santo Domingo: Imprenta La Cuna de América, 1898.
Ensayos: La alimentación y las razas. Santo Domingo: Imprenta García Hermanos, 1896. La República Dominicana. Santo Domingo: s.n., 1906. Geografía de la América y en particular de la República Dominicana. Santo Domingo: Editora Francisco A. Palau, 1915. La paz en la República Dominicana. Contribución al estudio de la sociología nacional. Santo Domingo: Tipografía El Progreso, 1915. Censo y catastro en la común de Santo Domingo. Santo Domingo: Tipografía El Progreso, 1919. Manual de agricultura. Santo Domingo: Imprenta Palau, 1920. El gran pesimismo dominicano. Santiago de los Caballeros: Universidad Católica Madre y Maestra, 1975.
Fuente: educando.com.do