Adaptarse al cambio
Este periodo supone una situación inédita e irregular para todos. Los ritmos normales se han alterado y, con ellos, los biorritmos. Esto hace que, en el caso de los niños, se deba prestar atención y establecer reglas para proteger su bienestar y salud.
El confinamiento puede ser un periodo de oportunidad para promover un tipo de convivencia con los hijos donde la comunicación, la toma de responsabilidades en el hogar y el aprendizaje de herramientas para el entendimiento se incrementen.
Los niños deben ser conscientes de lo que está sucediendo, no obstante, deben recibir esta información adaptada a su capacidad. Un menor de seis años no tiene la madurez emocional suficiente para asimilar ciertos conceptos y datos. Una vez informados, el siguiente paso es aprender a adaptarse a las circunstancias estableciendo dinámicas satisfactorias que los motiven. Sacar una lección positiva una vez superada la situación, o lo que es lo mismo, aprovechar este periodo para inculcar la resiliencia como capacidad.
Consejos para una educación efectiva en casa
De esta forma, hay algunas pautas generales que son importantes, desde el punto de vista psicopedagógico, para garantizar la educación en casa de los hijos:
- A estas alturas quizás ya lo sepan, pero los niños deben ser conscientes de que no están en un periodo de vacaciones, aunque se encuentren en casa. Se trata de una situación excepcional por nuestra salud, pero eso no exime a los miembros de las familias de sus responsabilidades, y estas son, en el caso de los niños, sus estudios.
- Seguir con sus horarios y rutinas. Sobre todo, de lunes a viernes, es importante que tengan unos horarios establecidos, como sucedía antes del confinamiento. Una hora diaria para irse a la cama y despertarse por las mañanas; un horario de clases, otro de comidas, y tiempo para ver tele, jugar con el teléfono o tablet, yhacer algún tipo de actividad física, si las dimensiones de la vivienda lo permiten.
- Es muy importante establecer un espacio para el estudio. Aunque la vivienda sea pequeña y no haya una habitación propia o zona para tal fin, es necesario procurar por lo menos el ambiente propicio para su concentración: la televisión apagada, la mesa despejada sin juguetes distractores, etc.
- Estar en contacto con los profesores. Son muchos los docentes que durante este tiempo de confinamiento se han dedicado especialmente a sus alumnos. El uso de herramientas virtuales con chats sirve para despejar las dudas de los estudiantes y orientarles, así como para detectar necesidades sobre las que pueden conversar docentes y padres.
Más allá de la educación formal
El periodo de encierro también puede representar una buena oportunidad para que la familia comparta y cree lazos comunicativos y de convivencia beneficiosos en el futuro. Es positivo responder a los interrogantes que los hijos vayan presentando, siempre adaptándose a su edad y madurez; pero haciéndoles conscientes de lo que está sucediendo y que se está cuidando su salud.
No sobreexponerlos. Algo prioritario es que no se les exponga demasiado a la ingente información sobre la pandemia, la información amarillista y las fake news, aunque tampoco se les debe mentir si preguntan sobre ellas.
Actividades en familia los fines de semana. Al estar encerrados es el momento perfecto para compartir: cenas en familia donde se cuente cómo ha ido el día sin pantallas por medio (esto se aconseja a diario), juegos de mesa o actividades más físicas, si el espacio lo permite, manualidades e incluso juegos online compartidos.
Dar ejemplo. Hablamos de una etapa vital en la que se copia más por imitación. Es básico darles ejemplo a los hijos con acciones y no solo con lo que se les dice. Que se sientan protegidos en ese hogar en el que ahora están encerrados, que aprendan viendo de sus progenitores o responsables lo que deben hacer para velar por su propia salud (lavado de manos, no tocarse la cara, etc.) y que se sientan tranquilos, en la medida de lo posible, viendo a sus padres estables y llevando con serenidad la situación.
Organizar su día a día. Por último, aunque estén situados en el mismo espacio físico, es aconsejable dividir la jornada entre las distintas actividades de estudios y ocio, e incluso dejar un tiempo para que simplemente se aburran y hagan lo que les apetezca, tal y como aconseja en este gráfico de UNICEF:
El aprendizaje no será solo el que les inculquen los maestros a los niños. Durante este periodo de educación en casa pueden aprender otro tipo de lecciones que le serán muy útiles en su vida de adultos como tareas del hogar, respeto a los demás y otros aspectos relacionados con sus preferencias particulares.