Por Alexandra Moutafi
Uno de los pocos efectos positivos de esta pandemia ha sido que los cielos alrededor del mundo entero se están volviendo azules y la capa de ozono se está regenerando. Por el contrario, los recientes incendios en el vertedero de Duquesa han extendido ampliamente una gran cantidad de humo a través de la ciudad de Santo Domingo. Es una lástima que justo cuando la contaminación empezó a disminuir significativamente, algo tan ineficiente como un vertedero a cielo abierto, la ha empeorado nuevamente.
Me llamo Alexandra Moutafi, soy una estudiante graduada de noveno grado en el colegio “The Community For Learning”, y el siguiente, es un informe expresando mi preocupación por los problemas ambientales del país en el cual resido; a la vez, propongo soluciones a esta situación.
La quema de basura libera químicos tóxicos al aire que las personas y los animales respiran, llegan hasta nuestras plantas y fuentes de agua. La inhalación de humo daña nuestro sistema respiratorio y se nos hace difícil respirar, por lo que no podemos ofrecerle a nuestros músculos suficiente oxígeno. Otros efectos dañinos son irritación en la nariz, la boca y los ojos. Las personas más vulnerables, con enfermedades respiratorias como el asma, la infección pulmonar y la enfermedad cardíaca, pasan a una condición más crítica al inhalar las toxinas. Teniendo en cuenta que la basura hoy día incluye tintes, plásticos y químicos que liberan más contaminantes perjudiciales que los materiales naturales, quemar nuestros desechos, no es la solución que solía ser.
A lo largo de los últimos dos meses, se ha evidenciado la necesidad de que el país cambie sus principios acerca de la gestión de residuos. El reciclaje no es un concepto nuevo para el mundo, varios países han pasado décadas desarrollando tecnologías para ello, por lo que el proceso hoy día es mucho más fácil. Tomando a Suecia como modelo, el 99,9% de sus residuos se reciclan en el 2020. Las instalaciones de conversión de residuos en energía (waste-to-energy facilities en inglés) se han vuelto sumamente populares y promueven un propósito diferente para la basura.
Siguiendo el ejemplo de otros países, para lograr una gestión responsable de residuos a la República Dominicana, es necesario educar a los ciudadanos sobre la importancia de la gestión responsable de los desechos. Esto puede lograrse mediante la realización de seminarios gratuitos en todos los sectores para que cada persona tenga acceso a ellos. Deben incluir, los efectos negativos y los riesgos para la salud de quemar basura; también cómo reciclar, y más importante aún, cómo reutilizar los desechos. Promover este proceso es vital para que todos los ciudadanos los sigan y entiendan su verdadera importancia y urgencia.
Luego, el gobierno debe utilizar contenedores de reciclaje para separar plástico, metal, vidrio, cartón y material orgánico de modo que todas las comunidades tengan acceso a ellos. Los ciudadanos deben estar conscientes que cada material se recicla, convirtiéndose en nuevos productos con distintos propósitos.
Finalmente, el cartón y el material orgánico deben aprovecharse como compost, no sólo por parte de los servicios públicos, sino también por las empresas privadas, comunidades y familias.
Es importante que el gobierno traslade el financiamiento de los servicios públicos de basura a nuevas plantas de reciclaje, creando así nuevas oportunidades de trabajo y disminuyendo la cantidad de residuos. El plástico, el metal y el vidrio se convertirían en nuevos productos, y el calor que producen estas fábricas se convertirían en energía, así como lo indica el siguiente diagrama:
Fuente: https://www.logicenergyusa.com/waste-to-energy
Suecia ha desarrollado y adaptado este sistema y hoy en día menos de 1% de sus desechos se queman, 47% se reciclan/reusan y 52% se convierte en energía térmica o electricidad. (más información en https://www.blueoceanstrategy.com/blog/trash-treasure-sweden-recycling-revolution/). Ya el proceso se ha diseñado, solo faltaría que la República Dominicana decidiera seguir sus pasos.
Todos estos cambios pueden parecer costosos, especialmente al principio, para construir las instalaciones. Considerando la creciente urgencia y prioridad que se da a la salud ciudadana y del medio ambiente, nuestra gestión de residuos se convertirá en un problema mucho más caro en el futuro si no tomamos acción. Los fondos que el gobierno gasta en servicios públicos de basura podrían utilizarse para crear estas fábricas y aumentar los empleos. Además, estas fábricas serían rentables, vendiendo plástico, metal y vidrio a otras compañías que estarían interesadas, porque reutilizar los mismos materiales es mucho más barato que fabricar más.
En general, esta propuesta visualiza una sociedad completamente nueva, guiada por una economía circular, en la que los residuos que producimos los reutilizamos y se convierten en recursos. Los beneficios de introducir este tipo de sistema van desde cuidar la salud pública hasta nuestra economía y el medio ambiente; en última instancia, se promoverá una tecnología innovadora en el país, en la cual todos podemos participar.