Rosa Abreu
La República Dominicana es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. De acuerdo al Índice de Riesgo Climático Global de Germanwatch (2018), un análisis basado en un conjunto de indicadores sobre los impactos de los eventos climáticos extremos y los datos socioeconómicos asociados a ellos, el país ocupa la posición 10 entre los más vulnerables del mundo a este fenómeno.
No cabe dudas de que el cambio climático es una amenaza emergente considerable para la salud pública y modifica la manera en que debemos considerar la protección de las poblaciones vulnerables. Aunque en el país no se dispone de estudios en este sentido, informes recientes de expertos mundiales destacan una amplia variedad de consecuencias para la salud humana, las cuales ya se están haciendo sentir. A continuación, se describen algunos efectos sanitarios previstos como consecuencia de la variabilidad climática y el cambio climático previsto.
Efecto en la salud
En primer lugar, es oportuno destacar que muchas enfermedades importantes son muy sensibles a los cambios de temperatura y pluviosidad. Entre ellas figuran enfermedades comunes transmitidas por vectores, por ejemplo, el paludismo, el dengue, el zika, pero también otras grandes causas de mortalidad tales como la malnutrición y las diarreas. De su parte, las olas de calor incrementan las enfermedades cardíacas y respiratorias.
Otro aspecto importante, lo constituye el hecho de que el aumento de la temperatura global modifica los niveles y distribución estacional de partículas aéreas naturales (por ejemplo, el polen) y pueden provocar el asma. Por otra parte, la elevación del nivel del mar, otra consecuencia del calentamiento global, aumenta el riesgo de inundación de las costas y podría causar desplazamiento de población, lo cual además de potencialmente producir lesiones y muertes, incrementaría el riesgo de infecciones transmitidas por el agua y por vectores. Esto adquiere mayor significado, si tomamos en cuenta que más de la mitad de la población mundial vive en una franja costera de 60 km. de ancho.
Por otra parte, el aumento de la variabilidad de las precipitaciones puede poner en riesgo el suministro de agua dulce. La falta de agua y su mala calidad pueden poner en peligro la salud y la higiene, con el consiguiente aumento del riesgo de enfermedades diarreicas, de tracomas, entre otras. Se prevé que esta variabilidad de precipitaciones, reduzca además las cosechas en muchas regiones tropicales en desarrollo donde la seguridad alimentaria ya es un problema.
La escasez de agua, a su vez, obliga a las personas a transportar el líquido desde lugares alejados y a almacenarla en sus casas. Esto puede aumentar el riesgo de contaminación del agua y de las consiguientes enfermedades, además de servir de criadero de mosquitos que son vectores de enfermedades debilitantes como el paludismo y el dengue.
En definitiva, el cambio climático continuado tendrá profundas consecuencias negativas en algunos de los determinantes sociales y ambientales de la salud, como los alimentos, el aire y el agua para el mundo y nuestro país. Las zonas que disponen de una infraestructura sanitaria débil, en su mayoría situadas en los países en desarrollo, y dentro de estos en sus zonas más pobres, serán las menos aptas para prepararse y dar respuesta a estos problemas si no reciben ayuda.
Propuestas
De lo expuesto, se infiere la prioridad de que un país con tan alta vulnerabilidad a los efectos del cambio climático como la República Dominicana, aúne esfuerzos dirigidos a mejorar sus capacidades para que los sistemas de salud y la programación de la salud pública estén en condiciones de proteger la salud de los dominicanos en un clima inestable y cambiante, tomando en cuenta que para ello se precisan de nuevas estrategias para mitigarlos, con enfoque multidisciplinario e intersectorial, donde las acciones de prevención y promoción de salud son imprescindibles en el abordaje de esta temática.
ENFOQUE
Medidas para combatir el cambio climático en el país
Es importante referirnos a la necesidad de que en el país se desarrollen estudios de tendencia temporal de los indicadores de salud y su asociación con la variabilidad y el cambio climático de las enfermedades identificadas. De esta forma, estaremos en condiciones de disponer de información de calidad para la toma de decisiones efectivas y oportunas dirigidas a mitigar los impactos en la salud de los efectos que desde ya está teniendo el país por el cambio climático.