Nathalia Romero
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Santo Domingo
Noviembre es el mes de la familia y también se conmemora el Día de la No violencia contra la Mujer. Y no es coincidencia que tanto la violencia como la familia estén entrelazadas. En la actualidad, la violencia de género es una epidemia social en República Dominicana. Solo en lo que va del año 2019, 62 mujeres han fallecido a manos de sus parejas o ex parejas, según un informe suministrado por la Procuraduría General de la República. Estas cifras son de las más altas en Latinoamérica y cada día van en aumento. Esta crisis de violencia pone en perspectiva a la familia como entidad formadora de entes funcionales en nuestra sociedad.
¿Cómo la familia influye en la violencia de género?
Para la psicóloga y terapeuta familiar Laura Rivas, la violencia de género no es exclusiva de las mujeres y piensa que el primer paso de erradicar la violencia hacia la mujer es erradicar la violencia en general.
Para Rivas, la violencia de género aplica a ambos sexos y no debería ser aceptada en ninguna modalidad. Aunque, cuando esta situación afecta a los miembros del hogar, no se habla de violencia de género, también estaríamos hablando de violencia familiar.
Según la psicóloga, la violencia familiar puede ser física o psicológica y puede afectar a cualquier persona sin importar su edad, género, raza u orientación sexual. Puede incluir comportamientos que buscan asustar, dañar físicamente, o controlar un compañero. Aunque cada relación es distinta, la violencia domestica generalmente incluye una dinámica de poder desigual en la cual un compañero intenta controlar al otro en diversas formas.
Enfatiza que los insultos, las amenazas, el abuso emocional, y la coerción sexual son características propias de la violencia doméstica. Quienes agreden utilizan a los hijos, mascotas, u otros miembros de la familia como para influenciar al compañero. Por su parte, las víctimas experimentan ansiedad, depresión, y un sentido disminuido de valor propio.
La cultura del machismo
En ese sentido, destaca que la familia dominicana ha sido criada por generaciones bajo la mano dura de su patriarca quien a través de la humillación y la violencia ha podido controlar a su prole y hasta un punto a su mujer. “Expresiones como mi papá o mi mamá con solo mirarnos ya sabíamos lo que venía,” “si uno hacía algo nos pegaban a todos,” o aún peor “luego de que nos pegaban teníamos que darle un beso a nuestro papá y decirle que le queríamos,” son algunas de las situaciones mas comunes en nuestro país. Es la normalización de la violencia y atarla al amor lo que crea los cimientos para que adultos sean violentados”, puntualiza.
“De ahí que no podemos hablar de violencia si mencionar del machismo que no es mas que la versión latinoamericana de la misoginia. Esa creencia de que la mujer es menos y refleja un problema social donde la mujer no está representada en el ambiente laboral, gana menos y en general es esperado que no puede tanto como el hombre. Un ejemplo sutil de misoginia que hemos integrado es la prueba de embarazo al aplicar a un trabajo para saber si le corresponde o no la posición”.
La escuela también influye
Al igual que la familia, la escuela tiene un papel fundamental en la formación de mejores seres humanos.
Por esa razón, la doctora en educación, Berenice Pacheco ve cómo la violencia escolar y la violencia de género son problemáticas que están interconectadas.
En los centros educativos ocurre violencia de género y, a su vez, el apego a los estereotipos tradicionales de género produce que muchas manifestaciones de violencia escolar sean minimizadas, invisibilizadas o justificadas.
Considera que el sexismo y el machismo son de los principales factores que continúan perpetuando e incluso incrementando la violencia.
Por eso propone que los docentes desarrollen espacios de diálogo y debate permanente con los estudiantes sobre estas problemáticas. “Desarrollar en ellas y ellos la criticidad ante la violencia escolar y de género y, sobre todo, la posibilidad de relacionarse de manera armónica e igualitaria”.
SEPA MÁS
La no violencia desde el hogar:
– Motivar a todos en casa a aprender a cuidar del hogar y no solo a las mujeres. También los hombres deben aprender a ser independientes
– Motivar el estudio para todos para darle mejores oportunidades en el futuro.
– Evitar el uso de insultos al corregir a los niños porque la voz de los adultos se vuelve la voz interna del niño.
– Promover la igualdad en ambos padres y los hijos independientemente de género.