La edad media de pedir un móvil es a los 9 años, aunque un 27,7% ya lo han solicitado antes
¡Dichosos móviles!, piensan los padres. ¡Qué pesados!, piensan los hijos. Esta es la cara y la cruz de la misma moneda, ¿cuándo dar un móvil a un hijo? ¿Es mejor dárselo cuanto más mayor es? ¿Qué van a decir los padres o mis amigos si le doy a mi hijo un smartphone antes que ellos? ¿Cómo puedo ayudarle a que tenga una buena utilización del móvil?
Todas estas dudas que nos inundan las hemos querido responder junto a María Zabala, experta en familia y tecnología y fundadora deIwomanish, que ha elaborado junto a Xplora, especializada en teléfonos en forma de smartwatch para niños «I DecálogoXPLORA» sobre niños y móviles’ tras un estudio a 400 padres españoles entre 5 y 12 años. De este estudio al que ha tenido acceso Ep se extrae que la edad media de pedir un móvil es a los 9 años, aunque un 27,7% ya lo han solicitado antes. Además, los padres explican que el motivo de comprarles su primer móvil, es la tranquilidad de estar en contacto con ellos.
El 81% de los padres valoran a la hora de elegir el primer teléfono que disponga de control parental.
1. DEFINIR EL PROPÓSITO
Cada familia es diferente y tiene costumbres, convicciones o necesidades distintas. Si estás pensando en que tus hijos tengan móvil, reflexiona sobre si ellos lo necesitan o lo necesitas tú.
Hazlo con COHERENCIA, no solo teniendo en cuenta opiniones ajenas, sino también pensando en vuestras necesidades o intereses como familia.
2. PENSAR EN LOS NIÑOS
Piensa en cómo es tu hijo y en vuestra relación, en su edad e incluso en sus aficiones. Todo eso influirá en cómo use un móvil y en los conflictos que puedan surgir.
Piensa en tu propio perfil digital, porque lo que el menor vea en casa influirá sobre su propia vida tecnológica, que te cuente sobre ese uso. Porque no es lo mismo que tu hijo sea sedentario y tímido a que sea activo y extrovertido.
No es lo mismo que tenga 5, 8 ó 13 años.
No es lo mismo que tenga muchas aficiones distintas a que lo único que le guste sea ver la tele.
No es lo mismo que pase mucho tiempo solo en casa a que siempre esté contigo. No es lo mismo si tú miras siempre tu móvil o si no quieres ni oír hablar se videojuegos o redes. Los niños no van a pensar en todo esto; los adultos somos nosotros y es nuestra RESPONSABILIDAD dar a nuestros hijos las experiencias que realmente necesitan.
3. POTENCIAR UN ACCESO GRADUAL
Antes de tomar la decisión de poner un dispositivo móvil en las manos de tus hijos, piensa en qué relación tiene -si la hay- con otros aspectos de la tecnología. Hay niños sin móvil a los que ya les cuesta dejar la consola y niños sin móvil que pasan horas viendo vídeos.
Hay niños que respetan las normas de casa y otros que se las saltan en cuanto pueden. Si el primer contacto de tu hijo con dispositivos con la posibilidad de comunicarse es ya un smartphone, las opciones serán infinitas y no sabrá gestionarlas. Piensa en si ya hay hermanos con móvil en casa, o en si tú le dejas el tuyo cada vez que te lo pide. La tecnología llega a la vida de nuestros hijos, en la mayoría de los casos, porque nosotros lo decidimos, así que ir abriendo la experiencia POCO A POCO, con otros dispositivos más adecuados para su edad, como en todo, es fundamental.
4. TOMAR LA DECISIÓN DE CUANDO DAR UN MÓVIL A UN NIÑO
Los niños aprenden a pedir muy pronto. Y somos los educadores quienes vamos decidiendo cómo gestionar su acceso a distintas experiencias o cosas en función de múltiples variables.
Seamos los padres y madres quienes tomemos la decisión de incorporar un móvil a sus vidas. Eligiendo el MOMENTO, evitando que sea la respuesta a una rabieta o a un capricho, no asociando la entrega del dispositivo a un regalo. Y muy importante: formar parte nosotros, con claridad, del cómo nos gustaría que nuestros hijos utilizaran el dispositivo.
5. CONOCER LAS ALTERNATIVAS FRENTE AL MÓVL
El 50% de los niños españoles de 11 años tiene un Smartphone propio (INE). En función de tus necesidades o intereses, infórmate, porque puedes estar en contacto con tu hijo o saber dónde está o responder a sus peticiones de muy distintas maneras.
Cuando son pequeños, una opción interesante pueden ser los relojes inteligentes con tarjeta SIM y, conforme crecen, el mercado nos ofrece distintas alternativas en cuanto a dispositivos (de nuevo los smartwatches y también otras posibilidades), y no todas son lo mismo ni llevan implícito un MENSAJE de autonomía total y conectividad abierta.
6. COMPARTIR UNAS NORMAS CON LOS NIÑOS EN CASA
La educación se basa en muchas cosas. El ejemplo, el diálogo, la escucha… y también las normas y los límites. Sí, igual que con otros aspectos de la vida familia, somos coherentes desde el principio en cuanto a la relación con la tecnología, tendremos más posibilidades de que el uso de ésta -especialmente por parte de los más pequeños- sea equilibrado y positivo, basado en unos HÁBITOS saludables. Cuando los padres introducimos tecnología en la vida infantil, ya sea a través de contenidos o de dispositivos, es fundamental hablar con ellos de unas normas que les hagan sentir implicados, que sean sencillas de recordar y asumir y que sean consistentes con lo que ven en casa.
7. FAVORECER UNA AUTONOMÍA PROGRESIVA CON EL MÓVIL A LOS NIÑOS
¿Qué es lo que va a hacer el menor con el dispositivo? ¿Qué DECISIONES tendrá que tomar y cuáles son las normas que habéis consensuado? No es lo mismo que solo pueda mirar una pantalla a que solo pueda enviarte mensajes o llamarte a que también pueda navegar por Internet o acceder a redes sociales y plataformas de streaming por su cuenta.
Haz que tus hijos vayan ganando autonomía digital en línea con la autonomía que ya les concedas en su vida analógica, sugiere Zabala.
8. ELEGIR LOS ENTORNOS CON LA TECNOLOGÍA
En función de la edad y del carácter de los niños y de cómo seáis como familia, decidir en qué entornos digitales se va a mover el menor es fundamental. La constante disponibilidad de pantallas hace que salgamos menos, nos movamos menos o incluso nos relacionemos peor. De ahí la importancia de buscar contenidos y actividades que sean compatibles con lo que nuestros hijos realmente necesitan.
El APRENDIZAJE en el uso de la tecnología, como en todo lo demás, es un camino repleto de experiencias y de toma de decisiones. No todas las actividades digitales están pensadas para niños y adolescentes y no todos los contenidos o dispositivos son inocuos, aunque pueda perecer lo contrario.
9. ABRIR CONVERSACIÓN
Niños y adolescentes no temen a la tecnología porque no temen probar experiencias nuevas. Les atrae porque forma parte del mundo que les rodea. Pero realmente no saben más de tecnología que padres y madres.
Necesitan que demos CONTEXTO a lo que ven o leen, que aportemos valores y ayudemos a gestionar emociones, que estemos dispuestos a escuchar y enseñar, sin prejuicios.
10.PREPARARSE PARA SER MAYOR
A las puertas de la adolescencia o ya en plena pubertad, cuando la familia esté preparada para que el menor tenga un SMARTPHONE, de nuevo es muy importante elegir el momento de entrega y el modelo.
No traslada el mismo mensaje que ese smartphone sea nuevo y de última generación a que sea heredado o liberado.
Ni es lo mismo que tenga datos móviles ilimitados a que la conectividad sin wifi sea más limitada.
No es lo mismo que en casa haya barra libre de Internet y ausencia de normas básicas a que haya cierta cultura digital familiar que ayude al adolescente a tomar decisiones sobre cuánto, cuándo, cómo o dónde utiliza el dispositivo.
Finalmente, no es lo mismo que ese móvil esté configurado para un menor de edad que para un adulto. Y por supuesto, llegados a este punto, sea cual sea el dispositivo, entorno y formato de tecnología que usen nuestros hijos -redunda María Zabala- la importancia de seguir hablando y escuchando sigue siendo incuestionable, apoyando previamente esa comunicación en dispositivos enfocados a las primeras edades, como un reloj con tarjeta SIM/ reloj teléfono u otros dispositivos disponibles.
Fuente: abc.es