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Seis consejos para promover el debate en clase

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El debate pone en marcha un proceso de aprendizaje activo donde los estudiantes elaboran los contenidos y reflexionan sobre ellos, por lo que resulta muy eficaz para asimilar los conocimientos. Además, mejora la comprensión y la expresión oral y ayuda a los alumnos a desarrollar el pensamiento crítico, el análisis o la argumentación. Sin embargo, no siempre es sencillo fomentar el debate en clase, ni desarrollarlo con buenos resultados. Te damos seis consejos para que consigas integrar esta estrategia didáctica en el aula y que tus alumnos se beneficien de todas sus ventajas.

SEIS CLAVES PARA FOMENTAR EL DEBATE

  1. Escoge temas que les interesen. Sea cual sea la asignatura, concepto o contenido que vayas a trabajar, enfócalo de modo que interese a tus alumnos y acércalo lo más posible a su realidad. Puedes recurrir a temas de actualidad que afecten a vuestra localidad o región y que tengan que ver con los conocimientos que deben adquirir, escoger un asunto polémico que les llame la atención o plantar el debate relacionándolo con asuntos o actividades que les gusten.
  2. Plantea preguntas. Las preguntas son esenciales para que nazca el intercambio de pareceres y para que el debate se centre en los puntos que quieres tratar, sin que el asunto principal se diluya o los argumentos se desvíen. También puedes generar debate con un texto que proponga un punto de vista concreto sobre el tema que te interesa analizar, planteando preguntas entre todos a raíz de lo leído.
  3. Recuérdales que deben escuchar. La escucha activa resulta fundamental cuando se opina, tanto en el aula como fuera de ella, y es una de las causas por las que los debates suelen fracasar. Recuerda a tus alumnos que debatir no consiste en exponer afirmaciones una tras otra, sino argumentar el punto de vista propio, escuchar lo que afirman los compañeros y responder con nuevas aportaciones, siempre teniendo en cuenta lo dicho hasta el momento.
  4. Controla los tiempos. El proceso de debate no debe avanzar demasiado rápido, ya que se perderían ideas importantes en las que merece la pena profundizar. Pero tampoco puede alargarse demasiado cada argumentación y contraargumentación porque no se aprovecharía el dinamismo de la conversación. Cuando tus alumnos opinen, ejerce de moderador sin juzgar, da los turnos de palabra para que todos participen, fuerza una pausa si hay que reflexionar sobre alguna de las afirmaciones y avisa cuando un interlocutor deba resumir sus argumentos y concluir su intervención.
  5. Anímales a reflexionar en todo momento. Conforme se sucedan las opiniones, invita a tus alumnos a retomar aquellas que consideres más interesantes, señala las contradicciones o las afirmaciones sin justificar y anímales a plantearse otros puntos de vista que no hayan afrontado hasta ese momento. Evita que se aferren a sus ideas y argumentos por el mero hecho de conservar su posición; hazles ver que está bien cambiar de opinión si se tienen motivos fundados para ello y que en ocasiones no existe una única respuesta correcta.
  6. Sacad conclusiones. Puedes dar por terminado un periodo de debate en el aula aunque no se haya llegado a una solución única al dilema o las preguntas planteadas: no es esencial resolver completamente el tema que ha generado la polémica, ya que en ocasiones no será posible. Pero sí es importante que listéis de manera resumida y rápida las ideas planteadas y las conclusiones a las que habéis llegado. De este modo tus alumnos serán conscientes de la utilidad del propio proceso de debate y de lo que les ha aportado aunque no se hayan convencido unos a otros.

Fuente: aulaplaneta.com

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