El primer paso para brillar con luz propia es el reconocimiento de las propias fortalezas personales. ¿Sabes cuáles son las tuyas?
Aprender las fortalezas de carácter de cada uno y saber expresarlas tiene un impacto muy importante en nuestras vidas. Los beneficios del uso de las fortalezas personales en diferentes ámbitos como el físico, el emocional, el social y el espiritual son muchos. Por otro lado, estos ámbitos están relacionados con diferentes áreas.
Estas áreas vinculadas al nuestro bienestar físico y emocional son el significado que le damos a nuestra vida, la cantidad de emociones y relaciones positivas, el nivel de compromiso y nuestros logros. Este es el mapa que conforma nuestra realidad, nuestros estados de ánimo y la percepción de satisfacción con nuestra vida. Poder amplificar las diferentes zonas de nuestro mapa y crecer en lo positivo pasa por trabajar las fortalezas personales.
Expandir nuestras vidas
Estudios realizados a este respecto nos confirman que las técnicas que se centran en reconocer las fortalezas personales y corregir sus déficits afectan de manera muy positiva en el nivel de autoestima, de autoaceptación, la consecución de metas, la resiliencia e incluso la salud física.
Parece que queda poco margen de duda: las fortalezas de carácter son los únicos caminos hacia la consecución de esos objetivos positivos, que son en definitiva los que todo el mundo persigue: la percepción de bienestar.
Los seres humanos tenemos ciertos sesgos de pensamiento que nos hacen estar más afectados por los eventos negativos que por los positivos. Y lo hacen de una manera totalmente automática. Las emociones y las experiencias negativas se adhieren de forma muy cruel a nosotros mismos.
El trabajo personal sobre nuestras fortalezas ayuda a equilibrar esta ecuación. Las experiencias negativas están implícitas en el mero hecho de vivir; son necesarias, porque es la manera que tenemos de aprender, de motivarnos y de entrenar diferentes estrategias. Todas ellas nos ayudan a crecer.
Replanteando lo negativo
En ningún caso, estas experiencias negativas del pasado son las que nos definen. Nuestras fortalezas serán las que nos ayuden en circunstancias negativas futuras: nos hacen recordar que tenemos recursos propios disponibles y desarrollados para afrontar ese tipo de situaciones.
Hacer un buen trabajo con las fortalezas personales nos permite mantener un mayor grado de control en situaciones críticas. Se relacionan directamente con las habilidades de afrontamiento del estrés, fortaleciendo nuestro sistema inmunopsicológico frente a la depresión.
¿Por dónde empezar?
La seguridad que nos aporta la certeza de contar con estas herramientas hace que toleremos, por ejemplo, mucho mejor la incertidumbre o que tengamos menos miedo a asumir riesgos. Ahora bien, ¿por dónde empezar?
El pasado es un buen escenario para sacar conclusiones: probablemente podremos volver a superar aquellos obstáculos que ya vencimos; por otro lado, hacer un buen análisis de alternativas a la hora de decantarnos por implementar una u otra solución será fundamental; muchas veces hay varias alternativas para llegar a un mismo sitio, pero solo una la que se adapta mejor a nuestras fortalezas.
Por otro lado, es importante diferenciar las fortalezas del talento. Para entender la terminología de este artículo, un talento tendría que ver con una predisposición innata, mientras que las fortalezas tendrían más que ver con el entrenamiento y el aprendizaje.
Las 24 fortalezas personales de Seligman
Martin Seligman nos ofrece un inventario de fortalezas personales, el VIA Inventory of Strength, que mide el grado de cada una de las 24 fortalezas, organizadas en 6 virtudes o categorías:
- Sabiduría y conocimiento, que contemplan fortalezas como la creatividad, la curiosidad, la apertura de mente, el deseo de aprender y la perspectiva
- Coraje: vinculadas a la consecución de metas, como la valentía, la persistencia, la integridad y la vitalidad.
- Humanidad: que incluyen conceptos como el amor, la amabilidad y la inteligencia social
- Justicia: son fortalezas cívicas como la ciudadanía, la justicia y el liderazgo
- Moderación: que son las que nos protegen contra los excesos, el perdón y la compasión, la humidad y la modestia, la prudencia, la discreción y la autorregulación.
- Trascendencia: son las que dan significado a la vida, entre ellas encontramos el aprecio de la belleza, la excelencia, la gratitud, la esperanza, el sentido del humor y la espiritualidad.
Cada uno de nosotros posee cinco fortalezas que nos caracterizan. La finalidad del inventario creado por Seligman es el de conocer las fortalezas personales de cada uno de nosotros para poder reconocerlas en primer término y desarrollarlas y amplificarlas: de ello va a depender en gran medida nuestra propia felicidad y la fuerza con la que seamos capaces de brillar desde nuestro interior.
Fuente: lamenteesmaravillosa.com