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3 claves para motivar a los alumnos a leer

Conseguir que los estudiantes lean es uno de los mayores y más agotadores retos a los que se enfrenta hoy en día el profesorado. Jesús Hernán, director de Legiland, ofrece las claves para motivarles y convertirles en lectores habituales y apasionados.

Cada día debemos iniciar o renovar el interés por la lectura de más de 10.000 jóvenes de 8 a 16 años. Nuestro objetivo es lograr que se conviertan en lectores de futuro, apasionados, habituales competentes y críticos, pero antes de eso hay captar permanentemente su atención, despertar su curiosidad, hacer que escuchen la llamada de los libros.

En este artículo queremos compartir contigo las 3 claves que sabemos que funcionan en centros educativos de Primaria y Secundaria. Aplicarlas correctamente producen mejoras visibles y cuantificables.

1. Orientar en la elección de las lecturas

La lectura libre está cada vez más de moda y es un avance en la dirección correcta para promover el gusto por la lectura. No obstante, hacerlo sin mediación es una temeridad a la altura de dejar que cada alumno elija libremente lo que quiere comer para promover el gusto por la comida.

El papel del mediador es trascendental para orientar en la elección y enseñar, a su vez, los criterios para seleccionar la lectura. Para orientar es necesario conocer el nivel de competencia lectora, el ritmo, gustos e incluso el momento vital de cada lector; entablar diálogo con él y conocer bien las obras entre las que éste puede elegir. El match lector-lectura podrá funcionar o no, pero dar herramientas para saber elegir y para que cada uno entienda por qué le ha funcionado o no una lectura, es la clave para que ganen autonomía y criterio, dos elementos clave para su futuro.

Legiland no sólo facilita información visual y rápida sobre lo que lee y le gusta a cada lector, también sobre su nivel de competencia lectora y su evolución. Ofrece información detallada sobre cada propuesta de lectura, con filtros avanzados para que todos dispongan de criterios múltiples para la elección. Además, es la única herramienta capaz de monitorizar y certificar la lectura libre, haciendo compatible la evaluación escolar de las lecturas con el placer por leer.

2. Seleccionar los libros y dar acceso fácil a ellos

Un profesor de un colegio me comentaba esta semana el efecto que ha tenido el hecho de poner los libros de Legiland en una estantería diferenciada de la biblioteca, visible y accesible para todos los alumnos. Antes los ofrecían en un carrito que circulaba de clase en clase. Me decía, con asombro, que se había multiplicado por cuatro el número de préstamos de la biblioteca escolar. Esos libros se ven ahora más, llaman la atención, se han convertido en un objeto de deseo para pequeños y grandes.

Es un efecto mágico que funciona siempre si la selección de libros es la adecuada: atractiva, variada y ajustada a los potenciales lectores.

De ahí que en Legiland seleccionemos con tanto cuidado las lecturas que incorporamos. Ofrecemos 600 títulos que combinan novedades editoriales, literatura de calidad con literatura de consumo, clásicos, versiones, libros de lectura fácil, cómics y libros ilustrados, lecturas de conocimiento y artículos de divulgación. Buscamos la variedad, el atractivo y la calidad para que cualquier lector encuentre algo que capte su interés. Es un trabajo titánico que una sola persona difícilmente puede hacer de forma permanente y que nosotros hacemos en colaboración con expertos LIJ, educadores, editoriales, familias y, por supuesto, los jóvenes lectores.

3. Gamificar

El efecto positivo del juego con fines educativos está más que demostrado. Nuestra experiencia no hace más que corroborar las conclusiones que todos conocemos: agregar elementos de juego aumenta la motivación del alumnado y provoca que la experiencia individual y colectiva sea más estimulante.

La lectura es uno de los terrenos de juego más fascinantes. Las historias, personajes, tramas nos ofrecen infinitas posibilidades para gamificar. Al respecto, hay mucha literatura en internet con ideas fantásticas para aplicar desde hoy mismo.

Gamificar bien es una empresa compleja: tienes que mantener la tensión del juego, variar las propuestas, adaptarte a cada momento y tipo de jugador, involucrar a todo el mundo y hacerlo durante un tiempo limitado y reducido. Quedarse a medias o gamificar mal puede tener el efecto contrario y generar gran frustración.

En Legiland somos expertos en gamificación y lectura juvenil. Nuestra plataforma ofrece una arquitectura de juego pensada para estimular la lectura entre los jóvenes y evoluciona cada día según el uso que le dan. Además, ofrece retos constantes, actividades y recursos educativos, para que los profesores escojan lo que más le convenga cuando mejor les convenga.

No hay fórmula mágica, sí ingredientes mágicos

En el reto de promover la lectura entre los jóvenes no hay una fórmula mágica pero sí una serie de ingredientes capaces de generar una oportunidad de éxito: conocimiento (de los lectores, de las obras, de los objetivos que perseguimos), pasión, creatividad, dedicación y perseverancia.

Fuente: educaciontrespuntocero.com

 

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