Se dicen tantas y tantas cosas alrededor de la adolescencia, que pocos padres esperan con entusiasmo y optimismo esta etapa de desarrollo. La mayoría se sienten un poco asustados al pensar en lo que les espera cuando sus hijos crezcan… Es por eso que hemos querido describirles algunas de las cosas difíciles que podrán enfrentar con sus hijos en este periodo, pero también las divertidas y emocionantes, que no son pocas, para que esta vez el balance sea más justo. Esto es lo difícil y lo divertido de tener hijos adolescentes.
Analizamos lo difícil y lo divertido de tener hijos adolescentes, ¡apunta!
1. Sus opiniones y el pensamiento crítico
– Lo difícil
Dejan de creer en todo lo que les dices. A partir de los 9 años, momento en el que nuestros hijos se acercan a esta etapa, se vuelven más críticos y cuestionan mucho más el por qué de ciertos temas. Antes, nuestras explicaciones bastaban para convencerlos de cualquier cosa, pero ahora, las cosas han cambiado.
– Lo divertido
Es increíble ver como gradualmente desarrollan un pensamiento más crítico y empiezan a hacer preguntas sobre aspectos que antes les pasaban de largo. Si logras observar este fenómeno desde la perspectiva correcta, podrás disfrutarlo más que sufrirlo. Podrás sostener con ellos pláticas nuevas y hasta bromear sobre temas más adultos a medida que crecen, lo cual es una experiencia muy enriquecedora que además puede acercarte a ellos.
2. Su apariencia personal
– Lo difícil
Empieza a haber confrontaciones en temas de apariencia personal. El peinado y la ropa pueden ser motivo de discusiones. Puede ser que el estilo que tu hijo prefiere no sea lo que tu escogerías, sin embargo, es el que a él le gusta y eso es suficientemente importante para hacer un esfuerzo y en la medida de lo posible negociar y tener mente abierta para dejarle experimentar.
– Lo divertido
Si te muestras abierto y cooperador sin hacer juicios todo el tiempo, puede ser que corras con el beneficio de que pida tu opinión sobre qué usar para la fiesta del sábado o qué llevar a un concierto y hasta volverte un poco su cómplice. Aquí es cuando padres e hijos pueden hacer distintas actividades juntos: ir juntos al salón de belleza, asesorar a sus hijos sobre el afeitado… Esos momentos pueden llegar a ser tan emocionantes como cuando los viste caminar por primera vez.
3. La relación con los padres
– Lo difícil
Antes eran felices de perseguirte hasta cuando estabas en el baño para platicar contigo y tenerte cerca. Las comidas familiares les hacían ilusión y no imaginaban un plan mejor que estar junto a papá y mamá el fin de semana no importaba dónde. Ahora no parecen tan entusiastas con esos planes, de hecho, casi tienen todo su tiempo ocupado en salidas con sus amigos, quienes parecen ser el centro de su mundo.
– Lo divertido
Si tienes claro que esto es perfectamente normal y no tiene que ver con que te quieran menos; puedes empezar a disfrutar de un tiempo para ti, salir al cine, leer un buen libro, tomar un café, inscribirte en esa clase de yoga que hace tanto se te antoja, etc.
4. Sus intereses
– Lo difícil
Puede ser que en esta época brinquen de un interés a otro con una velocidad increíble, arrastrándote a ti con ellos; que algo que les parecía fascinante en poco tiempo pierda atractivo, dando lugar a algo nuevo y te cueste un poco seguir el ritmo inscribiéndolos en actividades distintas, llevándolos a partidos, torneos, exposiciones, campamentos, etc.
– Lo divertido
Si pones atención, serás capaz de disfrutar y ser testigo del momento en que descubran aquellas cosas que verdaderamente les harán felices y que serán determinantes en su vida futura (y disfrutar con ellos el proceso).
5. Su autonomía
– Lo difícil
Pronto aprenderán a ser autosuficientes, aprenderán a conducir un auto, a tomar sus propias decisiones (que no siempre te gustarán, por cierto) y poco a poco necesitarán menos tu ayuda, lo cual puede ser agridulce.
– Lo divertido
No importa que tanto crezcan y que tanto dejen de depender de tu ayuda, siempre necesitarán sentirte cerca. Tú, tendrás mientras tanto el enorme regalo y la gran satisfacción de verlos gradualmente convertirse en adultos y ocupar su lugar en el mundo mientras sigues estando ahí para ellos.
Fuente: guiainfantil.com