Yoely Reinoso
Santo Domingo
Navidad, época hermosa cuando cerramos los ojos y en nuestra cara se esboza una amplia sonrisa, cálida y afable, ingenua e inspiradora, así como ese niño interior que llevamos dentro, relajado, calmo.
El universo nos depara todo un mundo de posibilidades, arriésgate a creer, respira, tómate un momento para darte cuenta de que en este nuevo año puedes ser un inteligente arquitecto, pues como nos dice Amado Nervo: “Cualquier momento es bueno para empezar y eres el arquitecto de tu propio destino”. Sueña, levántate y con la mano puesta en el corazón dite a ti mismo; actúo a pesar del miedo, actúo a pesar de la opinión de la gente, actúo, aunque me sienta pequeño. Hoy es tu momento perfecto.
¿No sabes hacer los planos? No pasa nada, todo se aprende, respira una nueva vez y date cuenta de dónde estás parado con relación a lo que quieres alcanzar para este 2019, solo faltan días. ¿Y qué importa? ¿No tienes trabajo o el que tienes no te satisface? ¿Quieres darle un vuelco a tu vida amorosa, tu casa, los amigos, a cómo te sientes contigo mismo?
Lo más aconsejable, según Arthur Clark, en su libro Su pasaporte al éxito, es tomar papel y lápiz y anotar cuáles son las cosas que quieres lograr, en la columna izquierda, y en la derecha, aquello que te impide lograrlo, si es que ya lo tienes identificado, y si no empieza a autoanalizarte o pídele a amigos cercanos que te ayuden en eso. Y una vez que tengas la lista lo más clara posible, continúa respirando, eres un ser humano con defectos, pero como un lápiz es más lo que escribes, que son las virtudes, que lo que borras que son los defectos. Ámate así, tal cual eres y proponte metas a corto y mediano plazo para lograr aquello que te hace feliz y no dudes en buscar apoyo bien sea de un grupo o un profesional.
No sufras más, lánzate del avión en paracaídas, piensa que el sufrimiento y todo lo que ello implica, es un estado equivocado de la mente y que eso se puede empezar a revertir en este mismo instante, no des marcha atrás ¿para qué? El pasado ya no existe, recuerda que vives este día, que es maravilloso y lleno de incontables posibilidades para ser feliz. Si, ese si es un estado correcto y acertado para disfrutar de cada segundo del día de hoy y claro, acuéstate pensando que mañana tendrás otro día como hoy, no importa lo que haya a tu alrededor; ojos ciegos a tus defectos y a los de los demás, oídos sordos a ese no puedes, a la crítica destructiva y al mal humor. Labios silenciosos ante las malas palabras, ante aquello que pueda hacer daño a otros. Mantente en tu centro, sea lo que sea que pase a tu alrededor, tú eres tú y eso es lo más importante.
Proponte irradiar amor, ¿no sabes cómo? Empieza por darte amor a ti mismo, cuando te mires al espejo, sonríe, aunque no quieras, hazlo, y repite que te amas y te aceptas, no importa si llevas unos kilos de más, no pasa nada, mira hoy la maravilla de ser humano que eres, aprovecha el tiempo para estar alegre y aprende a vivir en un eterno presente, saca tiempo para ti, independientemente de si tus hijos o pareja te reclaman las 24 horas del día, hay que hacer lo que a uno le gusta y extenderlo, porque una vez que te acostumbras a ello, los demás también lo aceptan. Es sencillo, no te compliques con sentimientos de culpa inútiles, recuerda; es una ilusión, tú te mereces todo lo bueno, te mereces ser feliz, tener tiempo para ti, incluso si prefieres no hacer nada estás en tu derecho absoluto.
Irradia amor en el día de hoy, celebrando la Navidad con los tuyos; eleva una oración de agradecimiento y no te olvides de pedir pan y paz por todos los necesitados del mundo entero. Bendice tu mesa y a tu familia, regocíjate en todas las cosas que te sucedan, recuerda que nada ocurre por casualidad y que todo es para nuestro crecimiento. Que nada empañe la dicha y el gozo por el hecho de estar vivos.