Un informe de la Oganización de las Naciones Unidas (ONU) expone que la población mundial crece de manera progresiva. Actualmente somos unas 7.600 millones de personas y se prevé que para el año 2030 sean 8.600 millones. Según estos datos, habrá unos 1000 millones de personas más durante la próxima década.
Sin embargo, varios estudios ponen en duda estos datos, y para ello se basan en dos factores: la desaceleración en el nivel de fertilidad y el progresivo envejecimiento de la población mundial.
¿Qué entendemos por superpoblación?
La superpoblación es un fenómeno demográfico que se produce cuando la densidad de población es elevada. Esto implica que surjan consecuencias negativas como daños en el medio ambiente, hambruna y otros.
La superpoblación es un problema de gran relevancia debido a que la población mundial crece aproximadamente 200.000 personas por día.
En la última centuria se han producido mejoras en la higiene, la sanidad y, por supuesto, en la tecnología. Estos y otros factores han posibilitado que la esperanza de vida sea mayor (si bien hay que tener en cuenta las diferencias entre distintos territorios del mundo), siendo este un aspecto esencial que contribuye al crecimiento de la población mundial. No obstante, algunos estudios afirman que la superpoblación es un problema grave que puede acabar con la raza humana .
La superpoblación ¿mito o realidad?
Existe un temor bastante difundido de que el incremento de seres humanos en el mundo conduce a una mayor pobreza.
En el siglo XVIII, el demógrafo Thomas Malthus ya advertía de que el constante aumento de la población acarrearía un déficit en el abastecimiento de comida a nivel mundial. Nada más lejos de la realidad. Según los datos recopilados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, a pesar del reconocido aumento poblacional, la producción de alimentos ha ido creciendo paulatiamente, al igual que también se ha podido percibir un descenso continuo de la pobreza en el mundo. Por tanto, es evidente que la teoría malthusiana no es válida para tratar esta cuestión.
La restricción del índice de natalidad para “atajar” la superpoblación
En las últimas décadas se han barajado varias alternativas para frenar la superpoblación. Sin ir más lejos, destaca la archiconocida política de control de natalidad establecida en China, en donde solo estaba permitido tener un hijo por pareja (ahora ya está permitido tener dos hijos por pareja). En este caso, se constató que dicha política restrictiva no obtuvo los resultados esperados en cuanto a la reducción poblacional se refiere. Esto es debido a que las mujeres chinas que querían tener más de un hijo optaron por dar a luz en el extranjero.
¿Seguiremos hablando de la superpoblación en el futuro?
Sin duda, la superpoblación sigue siendo un tema candente en el seno de la sociedad. Si hace décadas eran algunos demógrafos de prestigio los que vaticinaban un sinfín de catástrofres para nuestro planeta a raíz de este problema, en estos últimos años dicho asunto sigue dando que hablar. En este sentido, la superpoblación no solo en los libros, sino también en algunas producciones cinematográficas. Ejemplo de ello son las películas de Los Juegos del Hambre y La Purga.
Como bien sabemos, las proyecciones audiovisuales impactan de manera más directa en nuestra consciencia. Es por ello lo que este tipo de películas propician que las personas que las ven puedan reflexionar sobre el enigma de la superpoblación de una forma más inconsciente de la que lo harían aquellas personas que leyeran artículos o libros relacionados con el tema.
¿Qué soluciones se plantean para frenar este fenómeno?
Algunos de los expertos que han abordado este tema han mencionado los efectos negativos que contrae la superpoblación (hambres, guerras, desempleo, agotamiento de recursos naturales…); asimismo, también han presentado algunas posibles “soluciones” para erradicarla. Entre ellas, destacan la de reforzar la formación sobre educación sexual por parte de los jóvenes o las exenciones de impuestos. En este sentido, es evidente que gran parte de estas medidas propuestas están orientadas a un objetivo concreto: el control y restricción de la natalidad. Sin embargo ¿se ha pensado en el problema de la distribución desigual del territorio? ¿y en el pésimo aprovechamiento de los recursos naturales derivado de una pésima gestión de los mismos?
Nuestro planeta está sufriendo las nefastas consecuencias derivadas de la acción humana y representadas en problemas como el cambio climático. Quizás deberíamos reflexionar sobre ello y actuar en vez de creer en teorías sobre la superpoblación que aún no han sido respaldadas con datos verídicos.
Fuente: muhimu.es