Lo primero es que tienes que enseñar con el ejemplo; ya que tus hijos te observan todo el tiempo, están muy pendientes de la más mínima conversación y o acción que tu realizas y si por ejemplo, te ven que te robas las luces en rojo porque no hay una autoridad, que te pasas de listo y le coges el parqueo a alguien que está intentando parquearse; que tratas de sobornar con regalitos para obtener beneficios por encima de otros… ; que cuando tu niño o niña lleva de la escuela a la casa una prenda u objeto que no es de él o de ella y tú no la devuelves, entonces no estás siendo un buen ejemplo.
Recuerda que cuando se es honrado y honesto desde chiquito es la mejor herencia y orgullo que exhibirá cuando sea adulto.
Ser honrado y honesto es tener vergüenza. Permite que tu niño o niña tengan el sentimiento de sentirse avergonzado cuando inocentemente dicen una mentirita, se comen la merienda de sus amiguitos… Corrígelos con amor y lo mejor es, de acuerdo a su edad, ponle una sillita para pensar durante 2 o cinco minutos.
El valor de ser honrado es en la casa que se aprende.
Enséñale el valor que tiene el trabajo de papá y mamá que no importa cuál es el oficio que realizan cuando se hace con dignidad. Que las cosas se consiguen con esfuerzo, dedicación y empeño.
Educar en valores es algo muy importante, seguramente más que enseñar Lengua Española o Matemáticas. ¿Quién se ocupa de hacerlo? Es penoso ver tantas vidas y familias arruinadas por la desmedida ambición, amor a lo ajeno y la exhibición del lujo como símbolo de superioridad.