Es normal que muchos niños, sobretodo los más pequeños, al inicio del habla les cueste pronunciar ciertos fonemas como el sonido de la “erre” y de la “ese”. Son los sonidos más complicados de conseguir, ya que es necesario un gran control de la lengua para poder pronunciarlos.
Te contamos las razones de por qué a tus hijos les cuesta pronunciar “erre” y “ese” y qué deben hacer para evitar este problema en el futuro.
Niños a los que les cuestan pronunciar “erre” y “ese”
Es frecuente relacionar las dificultades de pronunciación de los sonidos erre y ese con la logopedia, pero pocas veces nos preguntamos el porqué. Teniendo tantos sonidos en nuestro repertorio (p, c, g, d, t, n, l, etc.) ¿Por qué estos dos sonidos son los más frecuentes?
Para ello, antes de nada, es importante analizar sus características:
El sonido vibrante múltiple o erre fuerte (rr) se produce colocando la punta de la lengua en el paladar, concretamente en un punto específico de las arrugas próximas a los dientes, una vez en ese punto de colocación se produce un movimiento de vibración rápido. Su dificultad de articulación se conoce bajo el nombre de rotacismo. Y normalmente los niños suelen presentar alguno de estos típicos cinco errores, si intentasen decir (rr)atón:
- Omisión o ausencia del sonido. Ejemplo: atón
- Sustitución por erre francesa. Ejemplo: Ejemplo: gatón
- Sustitución por erre floja. Ejemplo: ratón
- Sustitución por ele. Ejemplo: latón
El sonido fricativo sordo o ese (s) se produce colocando el ápice o punta de la lengua en posición anterior, aunque sin sobresalir de la frontera de los dientes, una vez en ese punto de colocación se produce un paso de aire suave y concentrado en línea media. Su dificultad de articulación se conoce bajo sigmatismo. Y normalmente los niños suelen presentar alguno de estos típicos tres errores, si intentasen decir (s)iete:
- Omisión o ausencia del sonido. Ejemplo: iete
- Sustitución por zeta. Ejemplo: ziete
- Sustitución por sonidos parecidos a la ce hache. Ejemplo: chiete
Una vez descritos con detalle, es fácil entender mejor por qué estos sonidos son particularmente difíciles de adquirir para los más pequeños; ambos necesitan de un buen control de la punta de la lengua muy preciso y maduro a nivel de movilidad, colocando la lengua hábilmente cerca de los dientes y con la suficiente suavidad como para dejar pasar más o menos aire.
En resumen, ahora ya sabemos la importancia de la punta de la lengua y de una buena movilidad para prevenir posibles dificultades.
Fuente: guiainfantil.com