Jamás pensabas que tú también las dirías, pero están aquí. Esas frases comunes a todas las madres han llegado a tu vocabulario y parece que ¡para quedarse!
1. Es la primera vez que me siento en todo el día
Y probablemente sea cierto. Aunque cuando lo decía tu madre nunca le creías.
2. Como vaya yo y lo encuentre…
¡Y lo encuentras! ¡Increíble! Pero acuérdate cuando eras pequeña y tú no encontrabas lo que estabas buscando y ¡era cierto! Aunque ahora como madre no lo creas posible…
3. Se me está agotando la paciencia…
Probablemente esta frase haga temblar a tus hijos… igual que te hacía temblar a ti.
4. Y punto
Ya no hay más conversación. Reconsidera esta opción, cuando eras pequeño frustraba mucho que no te dejaran argumentar un poco más, ¿no te parece?
5. Me da igual lo que haga (introduce aquí el nombre de algún amigo) porque yo no soy su madre, soy la tuya
Esto viene a ser la versión 2.0 del “y punto”.
6. Lo que pica, sana
O “lo que pica, cura” o cualquier versión que se resume en “aguanta un poco el dolor que no puedo hacer otra cosa”.
7. ¿Pero te crees que soy un Banco? ¿Que el dinero crece en los árboles?
Qué más quisiéramos nosotros que en lugar de melocotones tuviéramos un árbol que diese billetes de 500 pesos.
8. Y si tus amigos se tiran por un puente, ¿tú también te tiras?
Sabíamos que no lo íbamos a hacer aunque cuando escuchábamos esta frase nos daban unas ganas locas… ¿Por qué la decimos ahora nosotros? Porque es muy descriptiva y resume bien la conclusión que buscamos: “no seas borrego y piensa por ti mismo”.
9. “Me duele aquí” Pues ponte ahí
Aaaaaarrggghh ¿no os daba rabia? ¡Pues por todo el amor del mundo, evitemos esta frase!
10. Abrígate que hace frío
Porque una vez hemos sido madres hemos desarrollado superpoderes de supermeteoróloga.
11. Me estás buscando… y me vas a encontrar
Y no, ella no estaba hablando del juego del escondite… Y tú ahora tampoco.
12. Tú verás
Pero sabes que en el fondo no, no tienen que ver nada.
13. Esto ha pasado de castaño a oscuro
O lo que es lo mismo: “ojito, que te veo que la lías”.
14. Hasta que no lo rompas no te quedas tranquilo
¿Recuerdas esos arranques de energía que tenías? Pues a tus hijos les pasa lo mismo…
15. Te vas a hacer daño
Ahora sabemos predecir el peligro antes de que ocurra, no es magia, es responsabilidad.
16. Voy a contar hasta tres
Y te daban ganas de salir corriendo. A tus hijos también (que lo sepas).
17. Ni patata ni patato (o cualquiera de sus variantes)
Está claro: no (y de nuevo no) y punto.
18. No me, no me… Que te, que te…
Esta frase no tiene mucho sentido, pero nos encanta usarla ¿y a vosotros?
19. Antes de jugar con otro juguete recoge el de ahora
Porque el orden es importante y ahora somos plenamente conscientes.
20. Si te enfadas tienes dos opciones: desenfadarte o desenfadarte
Y, además, esto es totalmente cierto… También podríamos aplicarnos esta frase a nosotros mismos de vez en cuando, ¿no te parece?
Todas estas frases hacen que amemos incluso más a nuestras madres porque ahora, al calzar sus zapatos, todo cobra sentido y las comprendemos taaaan bien…
Fuente: serpadres.com