Por: Ligia Valenzuela
La creencia de que “una pareja feliz” es aquella que “todo lo hace juntos” ha impedido que se le de importancia a la necesidad de desarrollar un espacio personal en la relación que permita fomentar la individualidad como uno de los soportes para que una relación de pareja sea sana y duradera.
Toda pareja necesitará momentos de intimidad y cercanía y momentos en los que pueda ejercer su independencia y autonomía. Por tanto, tener pareja no debe ser un obstáculo para que cada uno pueda desarrollar una identidad propia, continuar con sus hobbies y seguir compartiendo con amigos y familiares. Tampoco, impedir que sean capaces de poder crear espacios que les permitan intimar y conocerse.
¿Puede haber un equilibrio entre ser pareja y mantener la individualidad? ¡Claro que si! Pero para ello es importante tener en cuenta lo siguiente:
1ro: Es necesario ser tu y ser yo primero, es decir, reconocer que son dos personas distintas, con dos historias de vida, con una familia y una crianza diferente, con un sistema de valores y creencias, carácter y personalidad, también distintas. Por tanto, cada uno tendrá su propia forma de ver el mundo y de interpretar las situaciones y circunstancias que enfrentan, por lo que buscar conciliarlas y encontrar puntos en común permitirá que la relación fluya y se desarrolle.
2do: Iniciar una relación no significa abandonar nuestros intereses y preferencias. La dependencia emocional que se produce en algunas parejas, impide que puedan desarrollar una autonomía sana que les permita estar juntos y a la vez conservar sus espacios personales. Tienen miedo de que “el otro” termine la relación si no “lo dejo todo por ti”, si no eres “mi prioridad”. Sabemos lo peligroso que son estos mensajes, pues le dan mucho poder al otro para tener el control de la relación, abusar emocionalmente y hasta ejercer cualquier forma de violencia.
3ro: ¡Sigue creciendo como persona! Darse tiempo para continuar cultivando esos pasatiempos que tanto disfrutas, buscar sentirse bien, pasear, hacer ejercicios, continuar estudiando y formándose, visitar la familia y juntarse con sus amigos, produce una felicidad sencilla pero muy saludable. Además, permite construir ese tejido conectivo que dará soporte y sostén en los momentos de dificultad o si se produjera una ruptura de la relación.
4to: Vale decir no quiero, no me gusta, no lo deseo… Es normal que al inicio de una relación se quiera compartir gran parte de las actividades, estar juntos la mayor parte del tiempo. Sin embargo, no tiene que ser así siempre, vale tener un tiempo con nosotros mismos para pensar y hacer nuestras cosas…Y eso no significa que el amor esté disminuyendo, más bien, se está afianzando porque se va desarrollando entre ambos la confianza y la seguridad en el otro. Poder decir “hoy deseo hacer esto o lo otro”, “prefiero quedarme y ver este programa o leer este libro”, “voy a acompañar a uno de mis padres”, “deseo visitar mi amiga”, “ir al cumpleaños de una compañera de trabajo o de la universidad…” no debe producir temor o miedo a que la relación termine o colapse! Si cualesquiera de estas situaciones produce en tu pareja un enojo exagerado, insultos o cualquier tipo de agresión, cuidado!!!! Es momento de observar, conversar con personas de tu confianza a cerca de esto. Busca ayuda! No te quedes callada! No te aísles!!!
5to: Integra tu pareja a tu vida. Desarrollen actividades en común, compartan cosas entre los dos, busquen crear afinidad y lindos recuerdos, esto es vital y satisfactorio. Pero muéstrale también que tienes tu vida! Ello traerá equilibrio y balance a la relación. Solo así podrán construir una relación que respete la individualidad del otro, donde “soy yo mismo” “queriéndome a mí mismo, pero amándote a ti también”.