Por: Yvonne Arias
A nivel mundial las áreas protegidas contribuyen grandemente con los servicios ambientales y son una herramienta para la disminución de la pobreza. Sin embargo, son manejadas precariamente y en el caso de las marinas, están pobremente representadas.
La biodiversidad de La Española es considerada como la más alta de las Antillas, producto de su origen geológico y su compleja geomorfología. Esto ha resultado en un mosaico de ambientes, donde la naturaleza se expresa en una gran variedad de paisajes y formas vivientes que han evolucionado en un gradiente que va desde 40 metros bajo el nivel del mar en la Hoya de Enriquillo, hasta más de 3,000 metros sobre el nivel del mar en la Cordillera Central.
El número de áreas protegidas de nuestra isla es de 128. Están agrupadas en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) y clasificadas en categorías de manejo (Ley 202-04). Varias se encuentran bajo denominaciones internacionales como Reserva de la Biosfera (parques nacionales Jaragua, Sierra de Bahoruco, Lago Enriquillo e Isla Cabritos), Humedal de Importancia Internacional (Sitio Ramsar – como el Lago Enriquillo, la Laguna Cabral o Rincón, y los humedales del Bajo Yuna -), Área Clave para la Biodiversidad (KBA, por sus siglas en inglés -27 áreas), Área Importante para la Conservación de las Aves y Biodiversidad (IBA, por sus siglas en inglés -21 áreas), Áreas, Flora y Fauna Silvestres Especialmente Protegidas en la Región del Gran Caribe (SPAW, por sus siglas en inglés) y Alianza Cero Extinción (AZE, pos sus siglas en inglés).
Los objetivos de desarrollo sostenible
República Dominicana tiene el compromiso de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), conocidos también como Objetivos Mundiales. Estos son un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocemos de paz y prosperidad. Los 17 objetivos se basan en los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio e incluyen nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible, la paz y la justicia, entre otras prioridades.
El valor de los servicios de los ecosistemas
La economía ecológica y ambiental analiza los ecosistemas desde una perspectiva económica-ecológica, como capital natural. Incorpora conceptos y formas de contabilizar los bienes y servicios ambientales. Integra el papel de la naturaleza y los precios ecológicos derivados del crecimiento. Considera que la buena salud e integridad de los ecosistemas garantiza la buena salud de la economía y del bienestar humano.
El Sistema Nacional de Áreas Protegidas: un tesoro base para el bienestar social
El SINAP constituye un tesoro base para el desarrollo sostenible de la nación dominicana, ya que aporta recursos que pueden ser ponderados como insumos para la construcción del bienestar social y especialmente para las comunidades aledañas. Para lograrlo es necesario establecer un pacto entre el gobierno, el sector privado, los grupos sociales y la ciudadanía. Podría ser a través de una cogestión, comanejo o gestión compartida, con participación comunitaria que aporte a su desarrollo basado en soluciones locales.