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Un otoño lleno de actividades

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El otoño es una estación en la que también se puede disfrutar un montón con los niños. Podemos saborear con ellos cada una de sus peculiaridades. Ahora que ya estamos en pleno curso, que hemos dejado bastante atrás las vacaciones estivales, aún nos quedan muchos momentos emocionantes y enriquecedores…

El otoño ofrece a los niños detalles de la naturaleza sorprendentes, frutos singulares y situaciones imprevistas. Antes de que se echen encima los fríos invernales sería estupendo poder mostrar y enseñar a nuestro hijo aspectos sorprendentes y sencillos de la naturaleza, con la cual pueden aprender, experimentar y jugar. Seguro que ya sabes a que me refiero: a los árboles y a los diferentes colores de sus hojas, sus tamaños y sus formas.

Podría ser muy divertido para los niños recoger hojas, según sus criterios y gustos, ordenarlas, coleccionarlas, realizar collages,… y, sobre todo jugar con ellas, ¿quién de pequeño ha podido resistirse a la montaña de hojas que el barrendero ha acumulado en un rincón del parque? Esto es demasiado atrayente para dejarlo pasar: meter las piernas hasta hundirse o esparcirlas por el aire en forma de lluvia.

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Si tenemos oportunidad, el recoger los frutos de los árboles como las castañas, bellotas, nueces o almendras les hará pasar a nuestros niños un momento tranquilo y gratificante, a la vez que aprenden a discriminar sus formas y a paladear nuevos sabores, ¡a mi hija le vuelven loca las castañas asadas!, dice que son lo mejor del otoño. Pero, de todos los frutos ‘recolectables’, a mis hijos les encanta buscar setas y cogerlas, siempre bajo la supervisión de los mayores. Como el abuelo es muy aficionado a lassetas, siempre que salimos a buscarlas, lleva un estupendo libro especializado con detalladas ilustraciones para que puedan reconocer y distinguir unos tipos de otros. A ellos les encanta compararlas: mirar con detalle la forma, el color, el tacto, si tienen láminas o esporas, si tienen anillo en el pie, sin son o no comestibles. Es una divertida y didáctica clase práctica sobre micología. Si nos la comeremos o no, ya no les preocupa.

Hay otras muchas otras actividades otoñales que podemos realizar desde casa: dibujos, composiciones y numerosas manualidades que a los más pequeños pueden servir para ir conociendo su entorno y ayudarles a distinguir las diferentes estaciones del año, observando y plasmando en sus creaciones las características propias de dicha estación. El otoño es un momento de cambios, de explosión de nuevas y sorprendentes formas y colores en la Naturaleza, que podemos aprovechar para estimular la curiosidad insaciable de nuestros pequeños. Seguro que también a los que habitáis en otras latitudes, la Naturaleza os regala sus delicias de temporada, aunque no sepan a otoño.

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Fuente: guiainfantil.com

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