Fomentar el compañerismo en los niños pequeños resulta ser no solo necesario sino que arrastra, para la adolescencia y la vida adulta importantes beneficios.
No todos los niños tienen ese deseo de ser “buenos compañeros”. Ciertamente hay una edad en la que los niños suelen ser egoístas y no prestan sus juguetes o útiles con facilidad. Esto puede generar grandes conflictos futuros.
Si bien es cierto que muchos niños tienen una cuota de egoísmo, también es cierto que modificar este comportamiento les ayudará en sus relaciones futuras y, ser un buen compañero, le abrirá importantes puertas sociales a lo largo de su vida.
¿Qué es el compañerismo?
El compañerismo es la capacidad de poder ser atento, generoso y comprensivo con otros niños. Esta actitud, aunque muchos niños la traen aprendida desde el hogar, es necesario fomentarla.
La importancia de ser compañeros
Ser buenos amigos o compañeros los inserta en el mundo social adulto. Aunque suene exagerado,los niños que son buenos compañeros tienen más posibilidades de conseguir mejores puestos de trabajo que aquellos que son solamente inteligentes. Esto no quiere decir que haya que dejar de lado el factor intelectual; indica que, desde la década del 80 se ha comenzado a tener en cuenta (y cada vez más) la importancia del compañerismo en un niño. De hecho, muchos investigadores del tema afirman que un niño que tiene empatía, es buen compañero y tiene un nivel intelectual medio puede acceder a un mejor futuro que aquel que no tienen incorporado el compañerismo. Sin profundizar demasiado en el tema, se ha detectado que en la actualidad en la mayoría de los países del mundo, para cubrir un puesto de trabajo de liderazgo, el área de recursos humanos tiene este factor en cuenta en la misma escala o nivel que el nivel de estudios alcanzado.
Métodos para fomentar el compañerismo
- La lectura de cuentos sobre buenos compañeros
Ser un buen compañero no solo es un beneficio para el niño sino que termina siendo un gozo para él. Los cuentos sobre valores y sobre el compañerismo en particular, le ayudan a los niños a identificarse con el mismo, pasando a ser ellos protagonistas del mismo cuento donde los valores sobre el compañerismo en el 100% de los casos tienen un desenlace que los estimula a ser buenos o mejores compañeros.
- Los pequeños actos ayudan
A menudo creemos que un método de enseñanza debe ser algo sofisticado que debemos elaborar con tiempo y luego supervisar. Si bien es cierto que existen diferentes métodos, los pequeños actos de compañerismo quedan registrados en los niños; no hay que olvidar que los niños son como esponjas a la hora de incorporar no solo conocimientos escolares sino también sociales. Una acción simple de corregir un hábito egoísta cuando un niño no quiere prestar un lápiz a otro compañero, por ejemplo, puede bastar no solo para ese niño sino también para que otros observen y aprendan de esa pequeña experiencia y de la importancia de ser un buen compañero.
- Enseñar sobre la empatía
Muchos niños no son buenos compañeros porque simplemente no saben cómo serlo y, en el peor de los casos, muchos de ellos son malos compañeros porque no saben lo que es “estar en el lugar del niño con el que están siendo malos compañeros”.
Enseñar y transmitir valores sobre la empatía mediante canciones, cuentos o historias ayuda a que los niños incorporen poco a poco la necesidad de ser buenos compañeros.
- Premiar a los buenos compañeros
Puede resultar de utilidad incorporar “premios al mejor compañero”. Esto estimula a los niños a “ser mejores” para obtener un premio a cambio.
Fuente: educapeques.com