Los padres solemos utilizar los castigos para sancionar una mala conducta de nuestros hijos. Son frases habituales: “te vas al rincón” o “te quedas sin televisión”.
Sin embargo muchas veces, es más casi siempre, ni piensan, ni vuelven arrepentidos del rincón. Por lo tanto, la conducta vuelve a repetirse una y otra vez: ya sea pegar al hermano, gritar, patalear o no recoger los juguetes. ¿Qué hacer si el castigo o consecuencia educativa no parece afectar al niño?, ¿y si le da igual no ver su programa favorito o jugar un rato con la tablet? James Lehman ha elaborado un método, según dicen, infalible para cambiar la conducta de los niños
10 pautas para cambiar el mal comportamiento de los niños
Hay padres que siguen recurriendo al azote o al cachete, pese a que todos los especialistas insisten en lo negativo de esta sanción. Y otros, se dan contra un muro y se encuentran en una calle sin salida porque no encuentran la manera de lograr que el niño aprenda de un mal comportamiento.
James Lehman, que fue un sin techo y ex convicto, tras sus primeros y oscuros años decidió dar un giro radical a su vida e inició una carrera como trabajador social centrando su labor en niños con problemas. Desarrolló un Programa de Transformación Total (Total Transformation Program) que es seguido por miles de padres norteamericanos. Y es que consigue cambios tremendamente positivos en los niños. Lehman habla de 3 roles fundamentales que han de asumir los padres para enseñar un mejor comportamiento al niño:
- Rol de entrenador
- Rol de solucionador de problemas
- Rol de limitador
Y además, dio una serie de pautas básicas para lograr cambios radicales en la actitud de los niños, pautas que deben acompañar a nuestros hijos en su camino a la adolescencia:
- Asumir el control: debemos tomar el mando de manera segura y sin dudas.
- Desconectar: ante cualquier mala conducta, detenernos en seco y no prestar atención al niño, no discutir ni argumentar en ese momento.
- Guiarlo para la próxima vez: utiliza una mala experiencia para enseñarle cómo debe comportarse la próxima vez.
- No des discursos: no hay explicaciones ni razonamientos, cuando hay un mal comportamiento, automáticamente llega una consecuencia.
- Centrarse en el mal comportamiento: explica al niño qué comportamiento debe cambiar (golpear al hermano, romper juguetes…)
- Parar la sobre estimulación: no discutir ante una multitud, apagar la televisión, enviar al niño a la habitación…
- Utilizar el afecto: reforzar al niño positivamente cuando tiene una buena actitud.
- Explicar cómo actuaremos ante una mala conducta: “no hablaré contigo cuando estás siendo así de grosero”.
- Nunca descomponerse: no mostrar enfado, ni gritar o perder la paciencia.
- Aceptar los malos días: ser consciente de que todo el mundo tiene un mal día o un momento de mal humor y decir al niño “empecemos de nuevo, sé que has tenido un mal día pero no me culpes a mí”.
Fuente: guiainfantil.com