Un toque de color puede iluminar un atuendo neutro, aunque también conviene saber dónde ponerlo.
Los monos machos del Viejo Mundo –incluidos los monos patas, los mandriles, los monos vervet, los talapoines y los monos lesula-llevan sus accesorios en un lugar bastante inusual. Esto hizo que investiguemos por qué algunos monos tienen la zona genital azul.
Muy, muy azul
Vamos por partes. Esos genitales son azules y no morados, así que no se deben a una frustración sexual.
Y el color tampoco es consecuencia de cambios hormonales, como sucede con los genitales rojos de los babuinos y otros primates, informa en un correo el biólogo de vida salvaje Fred Bercovitch, de la Universidad de Kioto, Japón.
Pese a que no se ha esclarecido bien el origen de los pigmentos azules, es probable que estén asociados con la selección sexual, agrega Bercovitch, aunque en el caso de los mandriles, el color está relacionado con el estatus social.
Nativos a las selvas tropicales de África ecuatorial, los mandriles machos tienen intensas coloraciones faciales, rojas y azules, que corresponden con los llamativos colores de sus traseros. Cuanto más brillantes son la cara, el trasero, y los genitales, mayor es el rango del macho; y según demostró un estudio de 2005, ese colorido podría evitar conflictos, a veces muy costosos. Es más, los mandriles hembra prefieren a los machos con colores más vivos.
En África oriental, los monos vervet con los escrotos azules más intensos tienen “mayor probabilidad de agredir e intimidar a los machos jóvenes”, revela Jennifer Danzy Cramer, antropóloga biológica de American Public University en Charles Town, Virginia Occidental.
Y los monos vervet también son aficionados a exhibir sus genitales, añade Bercovitch, de la Universidad de Kioto, a diferencia de los mandriles y los monos patas (Erythrocebus patas), un primate nativo de las praderas de África central.
Bercovitch dice que, en general, el mayor contraste y el mayor tamaño “son, probablemente, los rasgos atrayentes” (como la llamativa cola del pavorreal), de modo que los machos con los escrotos más coloridos y más grandes son los que cautivan a las hembras. Por ejemplo, los testículos de los monos patas pueden duplicar su tamaño durante la temporada de apareamiento.
Las joyas de la familia
Entonces, ¿cómo es que ciertos primates consiguen sus paquetes azules? En el nivel molecular, el color se debe al efecto Tyndall; es decir, la propia piel dispersa la luz, explica Bercovitch. Según un estudio de 2004, la piel de los monos con zonas genitales azuladas también posee fibras de colágeno inusualmente bien organizadas. De hecho, están tan perfectamente organizadas que un cambio de apenas un millonésimo de pulgada en el tamaño o la separación entre ellas produciría un color distinto.
Y hablando de eso, en varias especies de monos pueden adquirir diferentes tonalidades.
El lesula (Cercopithecus lomamiensis), un primate africano descubierto formalmente apenas en 2007, tiene el escroto de color azul intenso y cuando el animal muere, su trasero se vuelve blanco.
Todos los monos vervet machos “inician su vida [con] escrotos de color azul oscuro, opaco, y grisáceo”, y la diferencia de tonalidad aparece solo hasta la adolescencia, aclara Cramer.
Por ejemplo, el mono verde (Chlorocebus sabaeus) , una especie de cercopiteco endémico de África occidental y las Indias Occidentales, posee genitales que se vuelven azul pálido o incluso blancos cuando alcanzan la adultez.
¡Una colección de joyas familiares muy colorida!
Fuente: National Geographic en español