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Todo lo que debes valorar a la hora de elegir el colegio de tus hijos

Para muchas familias elegir un centro educativo para los hijos supone no solo una prioridad, sino también una enorme responsabilidad que trae de cabeza a muchos padres, sobre todo cuando el niño va a ser escolarizado por primera vez. No existe una fórmula mágica, ni única, que dé respuesta a las preguntas que se plantean los padres para acertar en la elección, pues al final es una decisión personal de cada familia.

Se aconseja que las familias hagan una profunda reflexión antes de hacer matrícula en un centro: deben tener clara cuál es su meta. No se trata de que sea cirujano o abogado, sino de tener una visión integral de la persona en la que queremos que se convierta, de los valores y capacidades que queremos que posea. Para unos padres será más importante que al final del proceso educativo su hijo tenga un conocimiento de varios idiomas, para otros que posea unos valores religiosos, o que su hijo esté integrado en la sociedad real. Lo importante es que la familia tenga claro el proyecto educativo que quiere para su hijo, y que se cree una sociedad entre la familia y el colegio. Lo ideal es que el centro sea una prolongación de lo que se vive en casa.

Público, privado, concertado

La mayoría de los padres comienzan por establecer si quieren un centro educativo público, concertado o privado. Quizá la crisis sea una buena oportunidad para que quien nunca pensó en la oferta pública comprueben la buena calidad de esta enseñanza. Si tienen cerca un colegio público (gestionado por la Administración y gratuito), se recomienda a los padres acercarse a ver sus dotaciones, conocer al profesorado.

Las otras dos grandes opciones pasarían por elegir una formación concertada (centros privados que disfrutan de subvenciones públicas, por lo que el coste de las matrículas es inferior al de los privados), o privada, donde el modelo de educación está financiado por los padres de los alumnos y están autorizados para implantar un ideario de enseñanza propio, siempre que se ajusten a las exigencias que marca la ley. También tienen libertad para establecer sus normas de admisión.

Pero, ¿cómo inclinarse por una opción u otra? Expertos en la materia recomiendan que los padres busquen referencias directas del centro que les interese. También que pregunten a otros padres de alumnos las cuestiones que más le inquieten y, si es posible, que concierten una entrevista con los responsables o profesores del centro para profundizar en aquellos asuntos de los que necesiten más información. No obstante, algunos colegios celebran «jornadas de puertas abiertas» para que los padres vean el centro en pleno funcionamiento y resuelvan sus dudas «in situ».

Es recomendable  preguntar por el proyecto pedagógico, por cómo es la comunicación del centro con las familias, si hay facilidad de acceso al equipo directivo, si el colegio realiza actividades extraescolares y complementarias y participa en programas de innovación, porque estos son indicadores de un profesorado motivado.

 La ubicación del centro educativo es uno de los principales aspectos a evaluar.

No es irreversible

En cualquier caso, la decisión hay que vivirla con calma porque, como asegura el filósofo y pedagogo Gregorio Luri, autor del libro «Mejor educados» (Ariel, 2014), «si algo hay que tener claro a la hora de echar una inscripción en un centro es saber que el clima intelectual y los hábitos de trabajo que reinan en la familia son mejores predictores del éxito o del fracaso escolar que la escuela misma». Además conviene pensar que no es una decisión irreversible. Si no has acertado, siempre puedes volver a buscar algo mejor para tu hijo.

Fuente: abc.es

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