Fracaso escolar, jóvenes que dedican años y años a su formación y que, a pesar de contar con uno o más títulos académicos, no consiguen encontrar trabajo, universitarios que terminan dedicándose a algo para lo que se han preparado pero que no les convence ni les llena ni les ilusiona, profesores que siguen las mismas técnicas de enseñanza desde hace años… Hemos evolucionado en muchos ámbitos: medicina, tecnología, comunicaciones, transporte, pero, ¿qué pasa con lo que debería considerarse la base del futuro de la Humanidad? ¿Qué ocurre con la educación?
Existe una corriente que aboga por una verdadera revolución en la educación, que defiende la idea de que, si seguimos con las mismas técnicas y metodologías de la escuela tradicional, el fracaso será la nota predominante en la carrera académica de millones de estudiantes.
“Con el tiempo he perdido la cuenta del número de personas que he llegado a conocer que carecen de una verdadera percepción de sus talentos individuales y lo que les apasiona. No disfrutan de lo que hacen, pero tampoco tienen idea de lo que les satisfaría” El Elemento. Sir Ken Robinson.
¿En qué nos estamos equivocando? Hay varias cosas que estamos haciendo mal, pero la base de todo está en que “las escuelas matan la creatividad”. Eso dijo Sir Ken Robinson, uno de los más conocidos defensores del cambio en la educación, en una de sus más concurridas conferencias. La base de su discurso se centra en que, si analizamos los sistemas educativos que existen en la actualidad, veremos que la mayoría de ellos tienen unas características comunes: 1. las humanidades y las artes siempre se consideran materias menos importantes que las matemáticas o la lengua,2. se penaliza el error y el fracaso y 3. se potencia la idea de la habilidad académica frente al verdadero talento de cada alumno. Lo grave de esto es que mucha gente que es realmente brillante y creativa termina plenamente convencida de que no lo es.
La imaginación, la creatividad y la falta de miedo a equivocarse es algo que los niños desarrollan de manera natural. Con el tiempo, y no sin la ayuda del sistema educativo, vamos perdiendo esa valentía, esa confianza en nuestra capacidad de imaginar y de crear. Nos inflamos a títulos, que es lo que nos da seguridad, y lo que, sin embargo, no nos garantiza el éxito. Porque, como advierte Sir Ken Robinson, quien antes tenía un título, tenía un trabajo, pero ahora no, y esto se debe, entre otras cosas, a la explosión demográfica y la extensión de la alfabetización.
“Nuestros coetáneos, nuestra cultura y las expectativas que tenemos de nosotros mismos pueden agravar esta visión limitada de nuestras capacidades. Sin embargo, uno de los factores más importantes para todo el mundo es la educación”. El Elemento. Sir Ken Robinson.
No podemos seguir anclados en los mismos sistemas educativos mientras el mundo cambia a una velocidad vertiginosa. Hay iniciativas, como Proyecta, de la Fundación Amancio Ortega y la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, que fomentan la innovación en la educación y promueven el desarrollo de técnicas creativas por parte del profesorado.
Fuente: ventanaalfuturo.elmundo.es