A continuación, Víctor Cerrudo Higelmo, docente de Infantil, nos relata su experiencia en el C.E.I.P. Las Cigüeñas de Rivas-Vaciamadrid (Madrid) de la mano de VOVIP, método de enseñanza de la lectoescritura basado en la ortografía.
En los últimos años hemos observado una tendencia a acelerar el inicio del aprendizaje de la lectoescritura en la etapa de Educación Infantil, pero descuidando la vigilancia de aspectos más formales de la escritura como la ortografía.
Desde hace cinco años he tratado de desarrollar una metodología de enseñanza de la lectoescritura que aúne el desarrollo de la misma, de una manera lenta y paulatina, con el control de la ortografía antes de que los errores aparezcan. Así, entre los años 2010 y 2015, he aplicado la metodología VOVIP en dos ciclos de Educación Infantil en este centro escolar; metodología que tiene tres objetivos: desarrollar los prerrequisitos de la lectoescritura en la etapa de Infantil; evitar faltas de ortografía desde las primeras etapas; y lograr unificar ambos desarrollos de manera natural y motivadora para el alumnado.
Conciencia fonológica
En mi metodología utilizo actividades que desarrollan la conciencia fonológica desde los 3 hasta los 5 años. Estas propuestas se pueden realizar de manera diaria en la asamblea y con un escaso tiempo para su realización. Pero, ¿en qué consiste la conciencia fonológica? Según Carmen Allende (‘Dislexia y dificultades de aprendizaje‘): “Es una habilidad metalingüística que supone la conciencia de que en el lenguaje existen una serie de secuencias fonológicas que pueden ser descompuestas en secuencias más simples, así como la capacidad para manipular estas secuencias”. Por esta razón, todas las actividades que realizo en la asamblea tienen un componente de análisis y manipulación fonémica de aquellas unidades que el alumno puede manejar, operar y manipular en su dimensión sonora: a los 3 años las palabras, a los 4 años las sílabas y a los 5 años los fonemas. Las actividades más empleadas son el cambio de sílabas o de fonemas para obtener nuevas palabras y el cambio de orden de las mismas para lograr un cambio en la palabra.
Como norma general, en los primeros cursos de Infantil me centro en el desarrollo de estas actividades manipulativas de los sonidos que me permiten tener una continuidad de desarrollo de la conciencia fonológica. Es en 5 años cuando puedo comenzar a incorporar una serie de ejercicios sencillos y motivadores con las que desarrollar el inicio de la creación de textos. Esto no quiere decir que en 4 años las letras desaparezcan de la vida ordinaria del aula. Por supuesto que podemos realizar propuestas de escritura, pero siempre que el estudiante lo solicite y lo demande al tutor.
Evitar las faltas de ortografía
Durante los últimos años he visto necesario elaborar una metodología para logra el control de la ortografía desde Infantil, antes incluso de que las puedan cometer. La manera de lograrlo es sensibilizar al niño a ciertos pares de grafías con las que cometer errores al escribirlos (b/v, c/z, k/q/c y ll/y). El entrenamiento comienza en 4 años mediante la escritura de palabras en la asamblea, siempre relacionadas con el proyecto o tema que estamos trabajando en el aula, pero que incluyen en la palabra las letras ‘conflicto’. La razón de comenzar en 4 años es que cuando volvemos de periodo de vacaciones de Navidad, algunos niños comienzan a cumplir 5 años y su sistema auditivo comienza a ser capaz de detectar y segmentar los fonemas y, por tanto, a escribirlos.
Si el niño domina esta capacidad de segmentación y tiene que escribir una palabra con B o con V, existe un alto riesgo alto de que cometa una falta de ortografía en esas palabras. Para evitar este hecho, ayudamos al encargado a segmentar los fonemas de la palabra diaria y éste los va transcribiendo en sus grafías. Por otro lado, y para mejorar la grafía correcta, enseño gestos asociados a las palabras durante los 4 años y en 5 años aplico.
Logros
El método VOVIP permite conseguir el desarrollo de la lectoescritura y el control de la ortografía de manera paralela con una alta tasa de recuerdo tanto con el recurso de los gestos como el de las animaciones. Logra un control de la ortografía máximo debido a que puedo utilizar la animación o el gesto para recordarla; si estas herramientas fallan, el niño nunca escribirá mal la palabra debido a que, de manera automática, el alumno preguntará al adulto cual letra debe escoger.
Esta experiencia se presentó en el encuentro de Utopías Educativas.
Fuente: Educación 3.0