Para que alguien aprenda algo tiene que querer aprender. Este es el primer requisito imprescindible para el aprendizaje. No se puede forzar el aprendizaje, como mucho conseguiremos que memoricen pero en ningún caso que aprendan. Pero ¿cómo conseguimos que tengan ganas de aprender? ¿Cómo podemos lograr que quieran aprender?
Las ganas de aprender
El aprendizaje es algo natural del ser humano. Las personas desde que nacen, están constantemente aprendiendo gran cantidad de cosas. Cuando algo nos interesa queremos saber más, queremos conocerlo, queremos hacerlo y nos dedicamos a explorarlo, a hacerlo a conocerlo. Eso es el aprendizaje.
Para que ocurra el aprendizaje tenemos que querer aprender, no se puede aprender si uno no quiere aprender. Las ganas de aprender constituyen el primer y necesario paso para que se produzca el aprendizaje. Sin ganas de aprender no hay aprendizaje.
Las ganas de aprender constituyen el componente actitudinal del proceso de aprendizaje:
- El interés por aprender.
- La voluntad de aprender.
- La motivación por aprender.
Las ganas de aprender constituyen la actitud adecuada para que se produzca el aprendizaje.
¿Por qué no tienen ganas de aprender?
Las ganas de aprender o actitud positiva hacía el proceso de aprendizaje, parten del papel que el que aprende tiene en su proceso de aprendizaje. Cuando no son los protagonistas activos del proceso de aprendizaje los estudiantes difícilmente se implicaran con el mismo y no se esforzarán, ocurre lo siguiente:
- No les interesa lo que aprenden.
- Le aburre, no se sienten implicados.
- No disfrutan aprendiendo.
- No hay ganas de aprender y no hay aprendizaje.
¿Qué consecuencias conlleva la falta de ganas de aprender?
La falta de ganas de aprender conlleva diversas consecuencias negativas, veamos:
- No se producen aprendizajes y por lo tanto se obtiene un bajo rendimiento académico.
- Puede aparecer la baja autoestima académica y la desmotivación.
- No creen que su esfuerzo les lleve a conseguir sus metas. Ya que se perciben incapaces de lograrlo.
- Como consecuencia se implican todavía menos con el proceso de aprendizaje y tienen menos ganas de aprender.
¿Cómo podemos despertar sus ganas de aprender?
Es labor de familias, educadores y de toda la comunidad educativa despertar las ganas de aprender. Veamos algunas sencillas ideas que nos pueden ayudar a despertar las ganas de aprender.
- Implícales de manera activa en su proceso de aprendizaje. En lugar de limitar su papel a ser meros receptores pasivos, procura que exploren, que busquen, que indaguen y que se mantengan activos para aprender.
- Despierta su interés, y trata de buscar actividades que se ajusten a su manera de pensar y de aprender, para ello crea diferentes experiencias que puedan ajustarse a su manera de aprender.
- Busca temas y motivos que concuerden con sus intereses, preocupaciones, interrogantes.
- Trata de despertar su curiosidad para ello puedes utilizar las preguntas.
- Enséñales que su esfuerzo es básico para lograr las metas, que si se implican y se involucran obtendrán los resultados.
- Hazles responsables de su propio proceso de aprendizaje, se trata de procurar que sean ellos mismos los que se organicen, los que lleven su seguimiento, lo que dirijan su propio proceso.
La autora es psicóloga y pedagoga
Fuente: educayaprende.com