Nadie nos enseña a ser papás, pero según Harvard, estos son los pasos que debes seguir para que tu hijo sea un buen ser humano.
Según un estudio realizado por Rick Weissbourd, psicólogo de la universidad deHarvard, solo uno de cada cinco niños creen que a sus padres les preocupa que sus hijos sean buenas personas, por encima de sus logros académicos o su felicidad.
El proyecto Making Caring Common (“Hacer de la solidaridad algo común”) encuestó a 10.000 alumnos de secundaria y bachillerato sobre los valores que eran más importantes para ellos y el 80 por ciento de ellos consideraron que los logros personales o la felicidad eran lo más importante. Para cambiar este modelo educativo y que los niños aprendan a poner en orden sus prioridades, Weissbourd nos facilita la guía para criar a un buen niño en cinco pasos.
Que preocuparte por otros sea tu prioridad.
Necesitan oírte decir que ayudar a los demás y ser buenos es la prioridad número uno. Esto les ayudará en sus relaciones con los demás y, por lo tanto, a alcanzar una felicidad plena. dile que lo importante es que sea feliz, que se dirija a los demás con respeto.
Haz que practiquen la amabilidad y gratitud.
Varios estudios muestran que las personas que habitualmente expresan su gratitud suelen estar más dispuestos a ayudar y son más generosos, compasivos e indulgentes; y también ¡más sanos y felices! No lo recompenses por cada buena acción, hazle saber las diferencias entre buenas o malas acciones, trabaja con ellos la bondad y que dar gracias se convierta en un hábito.
Enséñalos a tener perspectiva.
El objetivo es que nuestro hijo aprenda a preocuparse por alguien de fuera de su círculo, como un niño nuevo en clase, el conserje del colegio, o incluso alguien que viva en otro país.
Sé un ejemplo de moralidad.
Los niños aprenden valores observando cómo actúan las personas que les rodean. Debes practicar la honestidad, justicia y caridad para que tus hijos puedan aprenderlo de ti.
Ayúdales a manejar sentimientos negativos o destructivos.
Enseñarles a manejar estos sentimientos negativos para que no les impidan preocuparse por los demás. Debe aprender a trabajar la frustración, el enojo por sí solo, respirando y expresando lo que siente para que su comportamiento no afecte a otros.