Hainan Reynoso Uribe
Santo Domingo.- Por temporadas, la sequía causa estrés en los campos y afecta al ganado y la cosecha. El agua es escasa en las ciudades; sin embargo, en otras temporadas, las riadas derriban puentes y se anegan campos y ciudades. Esto evidencia la materialización del mayor temor de los medioambientalistas: el cambio climático.
Según expone Laura Rathe, consultora del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL), es necesario comprender la diferencia entre los conceptos de tiempo y clima, para poder entender el fenómeno que afecta al planeta.
Mientras el tiempo es el estado que presenta la atmósfera en un momento determinado, y que refiere las condiciones de temperatura, humedad y presión, entre otras, el clima es el conjunto de las condiciones atmosféricas en una determinada región, correspondientes a un periodo suficientemente largo para que sea representativo.
Es decir, el tiempo cambia de un día para otro. La variabilidad que presenta en determinada cantidad de años se le conoce como variabilidad climática.
El clima designa el promedio a lo largo de 30 años o más de la temperatura, humedad, presión atmosférica y precipitación.
Un producto de la variabilidad climática son los episodios de El Niño y La Niña, cuyos efectos cálidos y fríos se suceden de cada dos a siete años.
El fenómeno de El Niño se caracteriza por las temperaturas inusualmente cálidas de los océanos en el Pacífico ecuatorial. En oposición, La Niña se caracteriza por las temperaturas inusualmente frías de los océanos en el Pacífico ecuatorial.
Rathe explica que el cambio climático es el resultado de un desequilibrio energético en el planeta. Esto se debe al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. El sistema climático –sostiene Rathe– realiza ajustes para restablecer ese equilibrio.
Factores que inciden en los cambios
Externos: los cambios naturales en la órbita de la Tierra, las variaciones en la irradiación solar, ciclos solares, el polvo interestelar, y con menor frecuencia los impactos de meteoritos.
Internos: la ceniza producto de las erupciones volcánicas, que permanece en la atmósfera hasta por años. Según la experta, “refleja la luz solar de nuevo en el espacio provocando que la temperatura media global disminuya, y los cambios en la superficie terrestre de origen natural o artificial”.
Cambio climático: causas humanas
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) le atribuye el cambio climático, “directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y se suma a la variabilidad natural del clima, observada durante períodos de tiempo comparables”, y de esta forma lo define.
Asimismo, Rathe explica que para saber acerca del clima de la Tierra en base a observaciones de millones de años atrás, se realizan estudios paleo-climáticos en los cuales se sacan bloques de hielo que contienen burbujas de aire y con ello se ha podido verificar que los gases de efecto invernadero (GEI) aumentaron significativamente durante el siglo pasado. Este aumento coincidió con la Revolución Industrial, el crecimiento demográfico, la deforestación, entre otras causas humanas.
Los cambios no tienen precedentes en milenios. La atmósfera y el océano se han calentado, es menor la cantidad de hielo y nieve, mientras el nivel del mar aumenta. La influencia del ser humano sobre el sistema climático es clara, y las emisiones recientes de gases de invernadero producidas por los humanos son las más altas de la historia.
Gestión de riesgos y adaptación
Se le denomina resiliencia climática a la capacidad de un sistema socio-ecológico (humano y/o natural) de enfrentar con éxito un evento peligroso o perturbador. Se trata de que responda o se reorganice “de forma que preserve su función, identidad y estructuras esenciales”, mientras mantiene la capacidad de adaptación, aprendizaje y transformación.
La gestión de riesgo y adaptación al cambio climático están enfocadas en la reducción de la exposición y la vulnerabilidad y aumento de la resiliencia o resistencia. Desafortunadamente, “estos riesgos no pueden ser eliminados completamente”, asegura la consultora.
¡Cambio Climático! Adaptación, Resiliencia y Medidas de Prevención, de la autoría de Laura Rathe, es el tema que aborda el tercer fascículo de la XXIV edición de la Semana de la Geografía, bajo el tema ¡Aprende! Nuestras Áreas Protegidas son Fuente de Vida Sostenible.
Efectos del Cambio Climático
- Calentamiento de la atmósfera
- Calentamiento del océano
- Disminución de nieve y de hielo
- Elevación del nivel del mar
- Aumento de concentraciones GEI
- Ocurrencia de eventos extremos
- Los impactos se refieren a efectos en:
- La vida
- Los medios de subsistencia
- La salud
- Los ecosistemas
- Las economías
- Las sociedades
- Las culturas
Los servicios y las infraestructuras
Rathe explica que la adaptación y mitigación pueden complementarse y reducir significativamente los riesgos del cambio climático. Diferentes opciones de adaptación ofrecen fórmulas para aumentar la resiliencia frente al cambio climático. Una de ellas es es la visión interconectada en la que las tierras de cultivo, los bosques, los cuerpos de agua y los asentamientos humanos no son elementos aislados, sino parte de un paisaje más amplio en el que se integran todos los usos del suelo. Algunas opciones de desarrollo con bajas emisiones de carbono podrían resultar menos costosas a largo plazo y ofrecer nuevas oportunidades económicas.
Resiliencia
Una herramienta importante de adaptación para hacer frente al cambio climático es el Observatorio del Cambio Climático y Resiliencia en el país. Se trata de una plataforma de conocimiento para contribuir al análisis, evaluación y adaptación frente al cambio climático y su interrelación con la economía, ambiente y sociedad. Su objetivo es generar y socializar información valiosa, para la planificación y toma de decisiones, como para la prevención de los impactos negativos del cambio climático.