EFE. Más de 25.800 menores no acompañados llegaron a las costas de Italia tras atravesar el Mediterráneo en 2016, cifra que se ha duplicado con respecto a la registrada en 2015, según ha denunciado este viernes Unicef .
“Estos números no tienen precedente y muestran que la crisis de refugiados e inmigrantes en Europa es una crisis de niños”, ha afirmado en rueda de prensa la portavoz de dicha organización, Sarah Crowe.
Los no acompañados representaron el 91% del total de 28.200 menores que llegaron el año pasado a Italia como refugiados o inmigrantes. Durante 2015, la agencia de la ONU registró 12.360 menores no acompañados que alcanzaron las costas italianas, con lo que la cifra se ha duplicado en 2016.
El Ministerio del Interior italiano ya difundió este jueves estos datos al revelar la llegada a las costas italianas de “25.846 inmigrantes menores no acompañados” durante 2016. La responsable del departamento de Interior creado para la acogida de menores no acompañados, Maria Caprara, ha denunciado la dificultad de acoger a estos menores que, según los tratados, no pueden ser alojados con el resto de inmigrantes.
Caprara ha señalado que es necesario buscarles “una acogida de calidad y un proyecto de vida y formación en el caso de que quieran quedarse en Italia o facilitar que encuentren a sus familias en otros países”.
Para Unicef, estos datos muestran que existe “una peligrosa tendencia” de un número creciente de “niños vulnerables que ponen en riesgo sus vida para llegar a Europa”. La agencia ha recordado que los niños no llegan a Italia para quedarse, sino que su intención es seguir atravesando el continente hacia otros destinos, por lo que ha solicitado “una respuesta coordinada” de las autoridades europeas. La mayoría de estos menores son originarios de Eritrea, Egipto, Gambia y Nigeria.
A pesar de que la mayoría eran varones de entre 15 y 17 años, también llegaron niños más pequeños y chicas, aunque Unicef no ha especificado el número exacto de estos dos colectivos. “Las jóvenes tienen un enorme riesgo de abuso sexual, especialmente por bandas criminales”, ha alertado la portavoz, quien ha agregado que varias entrevistadas han denunciado que fueron obligadas a prostituirse enLibia para pagar pasaje del barco hacia Italia. Las entrevistas a los chicos han revelado que muchos de ellos fueron obligados a realizar trabajos forzados.
La ruta entre Libia e Italia es la más utilizada por los inmigrantes y refugiados menores de edad, dado que sólo el 17% de los refugiados que llegaron a Grecia en 2016 eran niños no acompañados. Crowe también ha narrado las “graves condiciones” en las que se encuentran los menores no acompañados que llegaron a las islas griegas, donde viven al raso, lo que es “extremadamente duro” dado el crudo invierno que sufre Europa.
El principal, ha explicado Crowe, es el alojamiento, dado que las agencias de la ONU distribuyen el material y la comida necesaria, pero que nada sustituye el alojamiento en un lugar acondicionado a permanecer bajo el frío glacial. “Como las instalaciones están llenas, estos niños viven al raso, cuando hay hoteles, moteles y casas en la isla que se podrían abrir y utilizarlas para albergarlos”, ha reiterado la portavoz.
Esta situación también ha sido denunciada por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que ha pedido a Europa “hacer mucho más para asistir y proteger a los refugiados y a los inmigrantes”, en palabras de su portavoz, Cecile Pouilly.
ACNUR ha denunciado que en la isla de Samos hay unas mil personas, incluidas familias con niños muy pequeños, que siguen durmiendo en tiendas sin calefacción. “Reiteramos nuestro llamamiento para que se aceleren los procedimientos en la isla que permitan la transferencia hacia el continente, donde hay más alojamiento disponible”, ha solicitado Pouilly.