Hainan Reynoso Uribe
Los patrones que moldean el comportamiento desde la niñez a veces traen consigo emociones negativas como la desesperanza, los miedos y la apatía de la vida.
Es natural que las personas quieran evolucionar, desarrollarse y pasar de un estado de menor satisfacción a mayor satisfacción personal en cualquiera de los ámbitos de la vida”.
Para la psicóloga y “coach” Miguelina Zabala el fin de año suele ser la época en que las personas se plantean nuevas metas, pero también miran en retrospectiva para evaluar lo que salió mal, lo inalcanzado. El hecho de que un año termine hace que se experimenten sentimientos encontrados.
Según Zabala, este es el escenario perfecto para recargar energías, replantear esos planes, y continuar el derrotero hacia los objetivos trazados.
La experta reflexiona en el sentido de que no existe el fracaso, se trata simplemente de resultados inesperados que conllevan una enseñanza de vida, y se cuestiona: “¿Fracaso porque no lograste lo que querías, pero qué aprendiste y a dónde te lleva ese aprendizaje?”.
Cada día somos diferentes, y el aprendizaje adquirido derivado de la experiencia aporta elementos que activan nuevos recursos para enfrentar con asertividad y efectividad los retos del devenir, “Probablemente una meta viene para activar el recurso de la perseverancia, la tenacidad o el coraje, que son componentes necesarios del carácter que no los utilizas todos los días, pero es importante tenerlos presentes para convocarlos en el momento que se tienen que utilizar y hacer conciencia”, reflexiona Zabala.
La coach establece que la falta de enfoque y el autosabotaje emocional son factores determinantes que impiden nuevas conquistas, “el enfoque es un aprendizaje que se obtiene en una etapa muy temprana de la vida. Estamos viviendo un tiempo en el que tenemos tantas alternativas y tantos estímulos que parecería ser que nada es suficiente, y el tiempo no alcanza”.
Involucrarse en muchas actividades y gastar energías que no están orientadas necesariamente a lo que verdaderamente interesa que suceda, es estar desenfocado. La psicóloga pone como ejemplo que, “lo más importante en nuestra vida es la salud, pero nos falta tiempo para ir al médico. Es indispensable que el vehículo esté en buenas condiciones, pero no le doy mantenimiento. Lo que más amamos es la familia, pero carecemos de tiempo para dedicarle”.
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El enfoque requiere de hacer una pausa y autoexaminarse, para orientar las energías en la dirección de los resultados que se quieren lograr. Es fundamental entender lo que está pasando por dentro e identificar esas fortalezas y debilidades para lograr concentrarse, y enfocarse en las fortalezas para de cierto modo minimizar las debilidades “porque definitivamente, la danza está ahí, nos manejamos entre fortalezas y debilidades y tenemos que tener la lupa puesta todos los días” afirma Zabala.
Otro aspecto son las conductas aprendidas. Los patrones que moldean el comportamiento desde la niñez a veces traen consigo emociones negativas como la desesperanza, los miedos y la apatía de la vida.
Zabala establece que hacerse consciente de esto es el punto de inflexión. De la evaluación íntima se pueden identificar emociones que sabotean el logro de resultados, “Si estoy manejando mucha ira, siento miedo o le estoy dando mucho paso a la frustración, si estoy experimentando mucha desesperanza, entonces es muy importante el autoconocimiento”.
Se pueden experimentar estas emociones, -afirma Zabala-, la parte nociva es anidar en ellas, así sea la alegría, “el punto clave en la gestión de las emociones está en la capacidad de volver a nuestro centro”.
El acróstico de Miguelina Zabala: Escribir los objetivos es fundamental, mientras se hace, se activa el área del corazón y por eso muchas de las cosas que se escriben cuando se vuelven a leer se han logrado, “es como que están en la mente consciente y en el inconsciente, como que tienes dos cerebros trabajando para ti”. A continuación algunas pautas que, según Zabala, te ayudarán en la consecución de tus metas.
Metas
El acróstico de Miguelina Zabala: Escribir los objetivos es fundamental, mientras se hace, se activa el área del corazón y por eso muchas de las cosas que se escriben cuando se vuelven a leer se han logrado, “es como que están en la mente consciente y en el inconsciente, como que tienes dos cerebros trabajando para ti”. A continuación algunas pautas que, según Zabala, te ayudarán en la consecución de tus metas.
Motivación
Identifica cuál es tu motivo. Las metas ponen de manifiesto un anhelo natural de las personas a evolucionar.
Enfoque
Elige un sentido de dirección. Enfocarse evita distracciones que provienen de otras opiniones y de otros puntos de vista, y permite conectarse con lo que se desea. Cuando se está enfocado las opiniones de los demás impactan menos. De lo contrario se puede comprar cualquier opinión. “Que las metas no vengan desde lejos, sino desde el alma y no para alimentar el ego, que nos lleva a una velocidad que no es sana, no obstante el alma es sabia”.
Tenacidad
Mantén tu sueño a pesar de las adversidades y sigue adelante aunque otros abandonen. No postergues ni siquiera las acciones pequeñas. Es importante contar con esta cualidad para poder enfrentar los problemas y desencantos en el trayecto. Algunos se pueden desalentar con mucha facilidad porque andan muchos profetas de la desgracia denunciando que no lo lograrás.
Actitud
Vive el proceso con la disposición de integrar los cambios que sean necesarios. Implementa un sistema de creencias que persiga el merecimiento de lograr la meta. La actitud es la compañera permanente en la vida, porque permite hacer las variaciones y mantener el mismo estado de ánimo.
Sostén
Activa los componentes del carácter que te sostendrán, sobre todo a nivel emocional y espiritual. Identifica lo que te sostiene en el logro de esa meta: tu creador, la fe, confianza, esperanza, valores. Se trata de tener presente todos los recursos que te ayudarán en el recorrido.