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SI NO TE DIVIERTES ENSEÑANDO, DEDÍCATE A OTRA COSA

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Pablo Ferreiro de Babot, profesor del PAD Escuela de Dirección, afirma que los estudiantes son la razón de ser de los profesores, por lo que hay que servirlos, con respeto y con calidad de tiempo. Explicó que, precisamente, el servicio es el principal fin del hombre: “ha nacido para servir y si lo hace, será feliz.

Entonces, su tarea docente la cumplirá en la medida en la que también enseñe a sus alumnos a hacerlo”.
Indica que durante la secundaria se debe enseñar a pensar y en la Universidad, a servir, “pues cada persona será más o menos feliz en la medida en la que sirva más o menos a los demás… Y, para servir, hace falta tener un máster en paciencia y un doctorado en constancia”, sostuvo.

¿Cómo sirve un docente?

El experto señala que una persona sirve a través de sus características inherentes: amor, conocimiento, libertad personal y coexistencia. Explicó que se puede medir cuánto sirve una persona de acuerdo a cuánto amor y tiempo ha dado en su vida, cuánto conocimiento ha trasmitido y cuánto ha ayudado a otros a conocer. Asimismo, por cómo y cuánto ha enseñado a sus estudiantes a usar su libertad y a cuántos se ha dado, se ha integrado.

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Explica, a través de tres niveles de análisis, dónde se ubica la misión de la Universidad y del profesor universitario. Así, luego de pasar por el primer nivel (de lo material); el segundo (donde está lo inmaterial, lo individual y la atractividad), señaló que es en el tercer nivel donde se da la unidad a través del cumplimiento de la misión interna, externa y de la práctica de valores.

Ferreiro señala que aunque el término ‘valores’ está desprestigiado hoy en día, al igual que ‘liderazgo’, la tarea del docente es hacer que sus estudiantes descubran los llamados “trascendentes del ser: belleza, bondad, verdad, bien, unidad, existencia; pero, recordó, la Universidad busca primero la verdad del hombre, que se desarrolla en la gente.

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El coaching

El Dr. Ferreiro también se refiere a la tarea de asesoramiento o coaching. Anima a los maestros a ver este como una clase particular, en la que se puede tratar a los alumnos de uno a uno y en la que cada estudiante avanza a su ritmo. A través de esta tarea debe enseñarles a desarrollar virtudes y los valores trascendentales. El objetivo, dice, debe ser el desarrollo de los asesorados, respetando su libertad y ‘sin jugar al escondite’ con ellos: “el profesor debe estar para los alumnos y no pedirles que ellos ‘lo busquen’”, asevera.

El coaching es un arte, precisa. En él debe existir el secreto profesional para cautelar lo que el estudiante comparta en las sesiones de asesoramiento. Ferreiro reta a los profesores a poner exámenes que los diviertan, al momento de corregirlos; y, sobre todo, a desarrollar la confianza, comprometiéndose con sus estudiantes y haciendo que ellos se comprometan con él. Indica que esto no significa que no deban ser exigentes, pero “exijan con cariño, como lo haría con sus hijos”.

Asimismo, Pablo Ferreiro resalta la importancia de que los profesores ayuden a sus alumnos a desarrollarse como ciudadanos de modo que les interese el país, y la misión del su país en el mundo.Para ello, dijo, los jóvenes deben descubrir cuál es su papel en la sociedad, en el país. Deben enseñarles a pensar, a actuar con ética, a desarrollar competencias y a trabajar en equipo, expresa.

Como resumen señala: “el asesoramiento es más importante que una clase. Por ello, hay que tener la capacidad para tratar a los alumnos como a los hijos, de uno en uno”. Además, enfatiza que las clases deben ser divertidas para el estudiante y para el profesor. “Si no te diviertes dando clase, dedícate a otra cosa”, puntualiza.

Este contenido ha sido publicado originalmente por UDEP en la siguiente dirección: udep.edu.pe

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