Belén S. Seara
Hace unos días un amigo se sorprendía por algunos de los “experimentos” que describíamos en el blog y me preguntaba: ¿pero esto también es ciencia? De aquella conversación surgió este post en el que pretendemos dar nuestra visión de qué es la ciencia, especialmente cuando hablamos del período preescolar, es decir el que va de los 3 a los 6 años.
¿Qué es ciencia?
Tendemos a identificar ciencia con experimentos espectaculares o con complejas teorías al alcance de unas pocas mentes privilegiadas. Sin embargo, ciencia es el conocimiento acerca del comportamiento del mundo físico que adquirimos mediante la observación, la experimentación y el razonamiento.
¿Qué es ciencia en la etapa preescolar?
Desde la perspectiva de un niño, ciencia es observar y entender el comportamiento de los fenómenos más cotidianos: la luz, las sombras, el agua, el viento…y observar y entender el funcionamiento de los seres vivos: animales, plantas, su propio cuerpo…
¿Por qué empezar en la etapa preescolar?
Los niños en la etapa preescolar están interesados de forma natural por todo lo que les rodea, por lo que no es necesario ningún estímulo adicional para animarlos a hacer ciencia, lo hacen sin saberlo continuamente cuando se detienen a contemplar el ir y venir de las hormigas en un hormiguero, cuando se entusiasman con el balanceo de los columpios del parque, cuando aprenden a botar una pelota, cuando mezclan colores haciendo su dibujo favorito… cuando preguntan una y otra vez: ¿por qué?
¿Cómo hacer ciencia en la etapa preescolar?
El mejor camino es observar a los niños, ver cuáles son sus curiosidades naturales, sus intereses y ayudarles a profundizar en el estudio de aquello que capta su atención. Se trata de guiarlos en la ejecución del método científico: observación de un fenómeno natural, formulación de hipótesis, experimentación y análisis de resultados.
Es importante introducirlos también en el lenguaje científico de manera natural. No debemos tener miedo a hablar de los fenómenos científicos usando terminología científica. Ellos no podrían entender complejos razonamientos, pero sí pueden aprender desde bien pequeños nombres y conceptos de la misma manera que aprenden cualquier otra palabra: cuanto más la oigan, mejor la entenderán y aprenderán.
Por tanto también es importante insistir sobre un tema en diferentes sesiones y con distintos experimentos relacionados. A mayor variedad de experiencias para un mismo concepto, mayores oportunidades de entenderlo y recordarlo. Por eso planteamos nuestros experimentos agrupados bajo una misma temática y en orden creciente de complejidad. En este sentido también conviene recordar en cada sesión lo realizado en sesiones anteriores y en la medida de lo posible llevar un registro de nuestros experimentos en forma de dibujos, fotos, breves descripciones que les ayuden a recordar lo que ya han observado anteriormente.
Fuente: exper Ciencia